10.05.2013 Views

253 - Equipos de Nuestra Señora

253 - Equipos de Nuestra Señora

253 - Equipos de Nuestra Señora

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

el pueblecillo <strong>de</strong>l que no volvería<br />

a salir jamás. Por tres veces<br />

intentó escapar <strong>de</strong> allí porque<br />

no se consi<strong>de</strong>raba digno <strong>de</strong> su<br />

ministerio parroquial, quería<br />

marcharse para irse a un rincón<br />

a “llorar su propia vida”, frase<br />

que repetía a menudo. Sin embargo,<br />

con un sentido <strong>de</strong> obediencia<br />

ejemplar, permaneció<br />

siempre en su puesto. La divina<br />

Provi<strong>de</strong>ncia quería que San<br />

Juan María llegara a resplan<strong>de</strong>cer<br />

como patrono <strong>de</strong> todos los<br />

párrocos <strong>de</strong>l mundo precisamente<br />

en el marco humil<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

una parroquia <strong>de</strong> pueblo.<br />

Po<strong>de</strong>mos distinguir en la<br />

actividad parroquial <strong>de</strong> San<br />

Juan María dos aspectos fundamentales,<br />

que en cierta manera<br />

correspon<strong>de</strong>n también a dos<br />

fases <strong>de</strong> su vida.<br />

Al comienzo, el Cura<br />

pudo vivir enteramente consagrado<br />

a sus feligreses. Los visitaba<br />

casa por casa, atendía a<br />

los niños y a los enfermos, empleaba<br />

gran cantidad <strong>de</strong> dinero<br />

en embellecer la iglesia, ayudaba<br />

fraternalmente a los sacerdotes<br />

<strong>de</strong> los pueblos vecinos.<br />

Todo esto acompañado <strong>de</strong> una<br />

vida <strong>de</strong> asombrosas penitencias,<br />

intensa oración y una cari-<br />

dad sin límite con los pobres.<br />

Era lógico que los campesinos<br />

<strong>de</strong> los pueblos vecinos acudieran<br />

a él al presentárseles dificulta<strong>de</strong>s<br />

o simplemente para<br />

confesarse y volver a recibir los<br />

buenos consejos que <strong>de</strong> sus labios<br />

habían escuchado. Éste fue<br />

el comienzo <strong>de</strong> la célebre peregrinación<br />

a Ars. Lo que en principio<br />

fue un fenómeno local,<br />

luego fue tomando un vuelo<br />

cada vez mayor, <strong>de</strong> tal manera<br />

que llegó a hacerse célebre el<br />

cura <strong>de</strong> Ars en toda Francia y<br />

aún en Europa entera. Aquel<br />

pobre sacerdote, que trabajosamente<br />

había hecho sus estudios,<br />

y a quien la autoridad diocesana<br />

había relegado en uno<br />

<strong>de</strong> los peores pueblos <strong>de</strong> la diócesis,<br />

iba a convertirse en un<br />

consejero buscadísimo por millares<br />

<strong>de</strong> almas. Y entre ellas se<br />

contarían gentes <strong>de</strong> toda condición,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> prelados insignes<br />

hasta gente muy humil<strong>de</strong> que<br />

iban a buscar en él algún consuelo.<br />

Dios ben<strong>de</strong>cía manifiestamente<br />

su actividad.<br />

Aquella afluencia <strong>de</strong><br />

gentes alterará por completo su<br />

vida. Llegó un día en que el<br />

Santo Cura <strong>de</strong> Ars <strong>de</strong>sconocía<br />

su propio pueblo, encerrado<br />

ENS / 7

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!