Santana Navarro Olmedo - Institutos tecnológicos - UAM Azcapotzalco

Santana Navarro Olmedo Septiembre de 2007
dependiendo de consideraciones administrativas, llevando a una diversificación del sistema.
(De Vries 2005:13).
Del anterior análisis, infiero que la configuración de las políticas de educación superior
tecnológica revelan diversas variables internas como externas que articulan políticas públicas
y características del sistema, produciendo múltiples tensiones entre las tres esferas del
gobierno, sectores sociales y organizaciones en los entornos locales de las instituciones.
Este contexto marca de alguna manera las formas en que los tecnológicos operan y se
desempeñan: bajo situaciones arítmicas, entre diversas lógicas políticas, burocráticas, de
anarquías organizadas que terminan por establecer ciertas fronteras, entre lo político, lo
administrativo-burocrático y lo académico. En este caso, muchas de estas fronteras tienen
límites borrosos y ambiguos, sujetos a múltiples contingencias, inestables. (Acosta 2002)
La mayoría de estas situaciones se encuentran bajo una estructura organizacional de
tipo piramidal y un orden jerárquico cuyos componentes se mueven exclusivamente con base
en líneas de autoridad y cierta opacidad de muchos procesos internos en cuanto a la toma de
decisiones y financiamiento. Éste último, suele ser condicionado en participaciones de
evaluación como la del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval),
a la cual fueron sometidos la totalidad del SNIT a cambio de apoyos financieros
extraordinarios, o bien, en participaciones a través de el llamado “proyectos integral”, en el
cual se exponen las metas que no tienen el avance requerido por falta de recursos en los
capítulos 2000, 3000,5000 y 6000, para la consolidación y posicionamiento institucional,
mismo que es evaluado por un comité, anulando aquellas que refieren al insuficiente nivel de
formación de los estudiantes que egresan, la calidad y la pertenencia de la oferta educativa, la
escasa vinculación con las necesidades locales producto del desconocimiento de las
capacidades institucionales para resolver los problemas que aquejan su entorno, entre muchas
otras.
Por ello, es que supongo que poco quedaba del propósito inicial de impartir educación
superior a obreros y campesinos y mejorar la movilidad social, pues lejos de incluir las
diferentes expresiones culturales locales y regionales, genera un tipo de ignorancia, que es el
desconocimiento de lo propio –para progresar es necesario perder la identidad y la
personalidad, en suma, el propio rostro- a través del esquema de contenidos, métodos y
políticas educativas tendientes a lograrlo, aun cuando se diseñen programas emergentes como:
Especialización en Sociología de la Educación Superior