Genji II - Atalanta
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12-<strong>Genji</strong> <strong>II</strong> - P. 343 a 384 21/11/06 13:34 Página 346<br />
de Su Eminencia Suzaku, debía de estar cerca. Puesto que él conocía al administrador de<br />
la finca, le envió un mensaje diciéndole que deseaba quedarse allí uno o dos días.<br />
–El administrador y su grupo partieron ayer hacia Hatsuse –informó el mensajero, que<br />
había traído consigo a un anciano andrajoso, el celador.<br />
–Venid si gustáis, por favor –dijo el celador–. La casa principal se está convirtiendo en<br />
una ruina. A menudo los peregrinos se detienen allí.<br />
–¡Excelente! Es una quinta imperial, pero, si no hay nadie más, gozaremos de total<br />
tranquilidad.<br />
Su Reverencia envió a su mensajero para que examinara el lugar. El viejo celador, que<br />
estaba acostumbrado a los visitantes, efectuó rudimentarios preparativos para recibirles.<br />
Su Reverencia entró el primero. El ambiente de la casa abandonada era aterrador, y el<br />
prelado y los monjes que le acompañaban se pusieron a cantar las escrituras. El Iniciado<br />
que había ido a Hatsuse y otro monje de rango similar tenían un colega de categoría inferior<br />
que les encendió una antorcha, lo que les permitió recorrer el terreno de detrás de la<br />
casa en busca de algo fuera de lo corriente. 5 Era como si se encontraran en un bosque. A la<br />
luz espectral, bajo los árboles, distinguieron una extensión blanca y se detuvieron, preguntándose<br />
qué podría ser. El monje que llevaba la antorcha la alzó bien alto: algo había allí.<br />
–Debe de ser un zorro que ha cambiado de forma. 6 ¡El muy granuja! ¡Haré que se<br />
muestre tal como es! –Dio unos pasos hacia delante.<br />
–¡Ten cuidado! ¡Puede ser peligroso!<br />
El otro formó el mudra para reducir a esa clase de criaturas, al tiempo que le dirigía<br />
miradas furibundas. A pesar de llevar la cabeza rapada, experimentaba la sensación de<br />
tener los pelos de punta. El que sostenía la antorcha se acercó con calma a la criatura para<br />
examinarla mejor. Tenía el cabello largo y brillante, y estaba apoyada en las grandes y<br />
nudosas raíces de un árbol, llorando amargamente.<br />
–¡Extraordinario! ¡Su Reverencia tiene que ver esto!<br />
El hombre fue en busca de su superior y le contó lo que habían encontrado.<br />
–Siempre he oído decir que un zorro puede adoptar la forma humana, ¡pero jamás he<br />
visto uno que realmente lo haya hecho!<br />
El prelado bajó los escalones de la casa y fue a ver a la criatura.<br />
Su madre no tardaría en llegar, y los criados más capacitados estaban ocupados en la<br />
cocina y haciendo otras tareas. En el bosque reinaba el silencio mientras cuatro o cinco<br />
monjes vigilaban su hallazgo, fuera lo que fuese. No sucedía nada especial. Desconcertados,<br />
continuaban vigilando. ¡Faltaba poco para el amanecer! ¡Tenían que averiguar si aquel<br />
ser era humano o no! Los monjes entonaron el mantra apropiado y formaron el mudra,<br />
pero, al parecer, para Su Reverencia la respuesta ya era evidente.<br />
5. Criaturas o espíritus capaces de crear dificultades.<br />
6. Tanto en China como en Japón se creía que los zorros cambiaban de forma. Adoptaban especialmente la<br />
forma de una mujer joven y hermosa.<br />
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