11.05.2013 Views

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Este cambio, como bi<strong>en</strong> sabía el rey, se <strong>de</strong>bía a dos razones: por un <strong>la</strong>do, se s<strong>en</strong>tía feliz<br />

por primera vez <strong>en</strong> su vida y <strong>de</strong>seaba ver felices a los <strong>de</strong>más; y, por otro, t<strong>en</strong>ía <strong>la</strong><br />

s<strong>en</strong>sación <strong>de</strong> que, cuanto más trabajaba, más rápido transcurría el día, dando paso al<br />

anochecer y a su reina naguini. A su vez, como el<strong>la</strong> le había dicho, <strong>la</strong> felicidad que le<br />

inspiraba su amor hacia que disfrutara incluso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s horas <strong>en</strong> que se separaban; sucedía<br />

como por reflejo, al igual que el sol, aun habiéndose puesto horas atrás, sigue<br />

iluminando nuestras noches gracias a <strong>la</strong> luna. De este modo uno apr<strong>en</strong><strong>de</strong> a valorar, sin<br />

confundirlos, el día, <strong>la</strong> noche y el crepúsculo, con todo lo que <strong>en</strong>cierran.<br />

Los años transcurrieron rápidam<strong>en</strong>te, con sus días y sus noches. No hubo una so<strong>la</strong> noche<br />

que el rey no pasara <strong>en</strong> <strong>la</strong> torre dorada, lo que significaba, <strong>en</strong>tre otras muchas cosas,<br />

que durante su reinado Kambuja nunca se vio <strong>en</strong>vuelta <strong>en</strong> una guerra. Y <strong>la</strong> naguini<br />

siempre estaba allí para recibirlo cuando él llegaba, y lo l<strong>la</strong>maba por el nombre secreto<br />

que le habían puesto los sacerdotes <strong>de</strong> niño, nombre que nadie más conocía. A su vez<br />

el<strong>la</strong> le había dicho su nombre naga (y se reía con ternura cada vez que él int<strong>en</strong>taba<br />

pronunciarlo correctam<strong>en</strong>te), pero nunca permitió que él <strong>la</strong> viera tal y como era <strong>en</strong><br />

realidad, <strong>en</strong>tre su propio pueblo.<br />

-Lo que soy contigo es mi ser más auténtico -le dijo (según juraba el merca<strong>de</strong>r)-.<br />

Nosotras <strong>la</strong>s nagas siempre estamos pasando <strong>de</strong>l agua a <strong>la</strong> tierra, <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra al aire, <strong>de</strong><br />

una forma a <strong>la</strong> otra, <strong>de</strong> un mundo a otro, <strong>de</strong> este <strong>de</strong>seo a aquel otro, <strong>de</strong> un sueño a otro.<br />

Aquí <strong>en</strong> nuestra torre soy como me conoces, ni más ni m<strong>en</strong>os; y yo no pido ver que<br />

forma adoptas tú cuando te si<strong>en</strong>tas a juzgar <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong> muerte. Aquí los dos somos<br />

libres, como si tú no fueras un rey y yo no fuera una naga. Dejémoslo así, querido.<br />

El rey respondió:<br />

-Será lo que tú digas, pero <strong>de</strong>bes saber que muchos rumorean que su reina <strong>de</strong> noche es<br />

<strong>en</strong> realidad una naga. La tierra se ha vuelto <strong>de</strong>masiado abundante, <strong>la</strong> lluvia es<br />

<strong>de</strong>masiado perfecta y segura. ¿Quién sino una naga podría estar <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> tan bu<strong>en</strong>a<br />

fortuna? La mayoría <strong>de</strong> mi pueblo ha creído durante años que eres tú qui<strong>en</strong> gobierna<br />

realm<strong>en</strong>te Kambuja, aunque seas también algo más. La verdad es que me cuesta no<br />

darles <strong>la</strong> razón.<br />

-Yo nunca te he dicho cómo <strong>de</strong>bes gobernar tu país -le contestó <strong>la</strong> naguini-. No<br />

necesitabas que yo te <strong>en</strong>señara a ser rey.<br />

-¿Crees que no? -replicó él-. Pero yo no era un rey <strong>en</strong> absoluto hasta que tú viniste a mí,<br />

y mi pueblo lo sabe tan bi<strong>en</strong> como yo. Pue<strong>de</strong> que nunca me <strong>en</strong>señaras a construir una<br />

calle o un granero, a crear un impuesto justo o a mant<strong>en</strong>er <strong>la</strong>s fronteras <strong>de</strong> mi tierra<br />

libres <strong>de</strong> <strong>en</strong>emigos, pero sin ti nunca me habría interesado por hacer esas cosas. Hubo<br />

un tiempo <strong>en</strong> que Kambuja sólo se hacía soportable porque cont<strong>en</strong>ía nuestra torre<br />

dorada. Ahora, poco a poco, <strong>la</strong> torre ha llegado a acoger a toda Kambuja, y todo mi<br />

pueblo ha <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> el<strong>la</strong> con nosotros, tan valiosos como nosotros. Eso ha ocurrido<br />

gracias a ti, y por ello eres tu qui<strong>en</strong> gobierna aquí, tanto <strong>de</strong> día como <strong>de</strong> noche.<br />

De vez <strong>en</strong> cuando él le <strong>de</strong>cía:<br />

-Hace tiempo, cuando te dije que moriría si alguna vez no te reunías aquí conmigo, tu<br />

rostro cambió y supe que había hab<strong>la</strong>do <strong>de</strong>masiado. Ahora sé, con lo sabio que me ha<br />

hecho el amor, que si no vi<strong>en</strong>es una noche moriré <strong>de</strong> veras, y no me importa que sea<br />

así. Te he conocido. He vivido.<br />

Pero <strong>la</strong> naguini nunca lo <strong>de</strong>jaba proseguir, ya que se <strong>de</strong>shacía <strong>en</strong> lágrimas,<br />

prometiéndole que jamás llegaría esa noche, y <strong>en</strong>tonces el rey <strong>la</strong> conso<strong>la</strong>ba hasta el<br />

amanecer. Así permanecieron juntos, y pasaron los años.<br />

102 Hom<strong>en</strong>aje a Tolki<strong>en</strong> – 19 Re<strong>la</strong>tos Fantásticos – Tomo II<br />

Selección <strong>de</strong> Martin H. Gre<strong>en</strong>berg

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!