11.05.2013 Views

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

Índice - Inspirado en la obra de J.R.R Tolkien y diversos autores ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-¡Dios santo, no!<br />

-No -dijo Lys-. Quiere utilizarme, por lo que cree que soy. Por lo que cree que puedo<br />

hacer.<br />

-Por lo que pue<strong>de</strong>s hacer -especificó él-. Yo te vi. En <strong>la</strong> cima <strong>de</strong> <strong>la</strong> montaña, por <strong>la</strong> noche,<br />

con estrel<strong>la</strong>s <strong>en</strong> tu pelo, bai<strong>la</strong>ndo, y <strong>la</strong> luna bajó y bailó a tu <strong>la</strong>do. Y él miraba y ap<strong>la</strong>udía<br />

como un niño. -Le cambió <strong>la</strong> expresión-. Yo no habría sido tan ing<strong>en</strong>uo. Te habría<br />

manejado como una espada.<br />

Lys había perdido el hab<strong>la</strong>. La madre Adéle intervino duram<strong>en</strong>te mi<strong>en</strong>tras el<strong>la</strong><br />

permanecía <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio.<br />

-Compr<strong>en</strong>do -dijo- por qué el<strong>la</strong> se niega a cons<strong>en</strong>tirlo. Las mujeres ya están bastante<br />

castigadas por <strong>la</strong> naturaleza, al ser débiles y frágiles, como dic<strong>en</strong> todos los hombres<br />

sabios. Y hechas, se dice, para ser utilizadas por los hombres y poco más. A veces no lo<br />

aceptan <strong>de</strong> bu<strong>en</strong> grado, y estoy segura <strong>de</strong> que es un <strong>de</strong>fecto <strong>en</strong> el<strong>la</strong>s.<br />

-Pero es un <strong>de</strong>fecto que se pue<strong>de</strong> reparar -replicó el señor Giscard-. Una mano firme, un<br />

toque <strong>de</strong> espue<strong>la</strong> y también algo <strong>de</strong> ternura. Eso es lo que necesita una mujer así.<br />

-Funciona con <strong>la</strong>s yeguas -contestó <strong>la</strong> madre Adéle. Se levantó. Nunca <strong>la</strong> había visto<br />

como <strong>en</strong>tonces; parecía a <strong>la</strong> vez más alta y más pequeña <strong>de</strong> lo que era <strong>en</strong> realidad. Mas<br />

pequeña, por lo alto que era él. Y más alta porque consiguió, <strong>de</strong> una u otra forma,<br />

dominarlo-. Reflexionaremos <strong>en</strong> lo que habéis dicho. Entretanto sed bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ido <strong>en</strong><br />

nuestro priorato. Pero os rogamos, si sois tan amable, que os abst<strong>en</strong>gáis <strong>de</strong> visitar el<br />

pueblo. Ha habido <strong>en</strong>fermeda<strong>de</strong>s y todavía no han terminado <strong>de</strong>l todo.<br />

Él asintió rápidam<strong>en</strong>te, tan rápidam<strong>en</strong>te <strong>de</strong> hecho que tuve que cont<strong>en</strong>erme para no reír.<br />

No era necesario que supiera que se trataba <strong>de</strong> una fiebre otoñal que afectaba a los<br />

niños y no suponía peligro alguno salvo para los más débiles. El término <strong>en</strong>fermedad,<br />

aquel año, se refería c<strong>la</strong>ram<strong>en</strong>te a <strong>la</strong> peste.<br />

-Eso le parará los pies durante un tiempo -aseguró <strong>la</strong> madre Adéle cuando volvimos a<br />

estar a salvo: d<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> los muros <strong>de</strong> S<strong>en</strong>cy, bajo mi nuevo techo <strong>de</strong> paja. La g<strong>en</strong>te que<br />

pasaba por allí habría podido levantar una esquina <strong>de</strong>l tejado y mirar d<strong>en</strong>tro, pero ello no<br />

me asustaba. La mayoría estaban c<strong>en</strong>ando <strong>en</strong> sus propias casas o bebi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

taberna.<br />

Habíamos terminado nuestra c<strong>en</strong>a, <strong>en</strong>riquecida con carne <strong>de</strong> una oveja <strong>de</strong>l priorato. La<br />

cara <strong>de</strong> Perrin bril<strong>la</strong>ba por <strong>la</strong> grasa e incluso Francha, por una vez, había comido lo<br />

sufici<strong>en</strong>te para mant<strong>en</strong>er vivo a un pájaro. Estaba acurrucada <strong>en</strong> el regazo <strong>de</strong> <strong>la</strong> dama,<br />

chupándose el pulgar y medio dormida, mi<strong>en</strong>tras p<strong>en</strong>sábamos qué hacer.<br />

-No se acercará a don<strong>de</strong> hay <strong>en</strong>fermedad -dijo <strong>la</strong> madre Adéle-, pero dudo que se vaya.<br />

Te quiere realm<strong>en</strong>te.<br />

Lys hizo una mueca con <strong>la</strong> boca.<br />

-Quiere mi brujería, ni más ni m<strong>en</strong>os. No le importa que mi cuerpo esté incluido, pero lo<br />

que quiere son mis po<strong>de</strong>res o lo que se imagina que son mis po<strong>de</strong>res.<br />

-¿Por qué? -pregunté-. ¿Para convertirse <strong>en</strong> señor <strong>de</strong> Normandía?<br />

Hom<strong>en</strong>aje a Tolki<strong>en</strong> – 19 Re<strong>la</strong>tos Fantásticos – Tomo II 183<br />

Selección <strong>de</strong> Martin H. Gre<strong>en</strong>berg

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!