Pablo Picasso - Comunidad de Madrid

es que tengo buenos amigos!!!! (se oyen risas al fondo …..”di
la verdad, hay un profe con el que no te llevas bien)
5.- ¿Con quién? RISAS. “Sólo lo sabemos nosotras”, dice
Teresa … la tercera en discordia!!!
6.- ¿Cotilleos?. Ahora no sabemos ninguno, muchos profes se
han ido y ahora nos cuentan pocas cosas, pero a mí me gustaría
que vosotros nos contaseis cotilleos, y también nos podíais
de decir los motes de los profesores. (GLup!!!!!, Glup!!!). Lo
sentimos, pero …. esas son cosas de alumnos ¡!!!
TERESA, con ella no hemos tenido tiempo para hablar,
pero es cierto que las tres comparten todo. Se ríen y
comparten cotilleos entre ellas. Son alocadas, se lo pasan
bien. Y nos han dejado claro que lo que menos les gusta
son los malos modales que presentamos los alumnos. Así
que …. tendremos que hacer … examen de conciencia ¡!!!!!!
¿PUEDEN INFLUIR LOS ASTROS EN NUESTRO CARÁCTER? ALBERTO HIPÓLITO
nos contesta.
Lo primero es lo primero. Me ha sorprendido mucho que alguien me hiciera esta pregunta. La verdad es que siempre
me sorprende que me pregunten. Supongo que el hecho repreguntarme está motivado por la búsqueda de una
opinión “experta” y por lo tanto produce un cierto nerviosismo a la vez que repito, sorpresa. Intentaré dar respuesta
a dicha inquietud. Inquietud, por otro lado, tan antigua como la humanidad.
En mi modesta opinión, ateniéndonos única y exclusivamente a un punto de vista físico la respuesta sería:
NO, No, salvo que nosotros queramos que influyan.
La influencia gravitatoria y electromagnética que ejercen sobre nosotros los planetas es muchísimo más pequeña
que la que ejercería el edificio de enfrente o el enchufe eléctrico que tenemos en la cabecera de nuestra cama.
Su masa es muy grande pero también están muchísimo más lejos y, por otro lado, uno de los efectos de la
existencia del campo magnético y de la atmósfera terrestre es protegernos de gran parte de la radiación
que nos llega.
A pesar de todo esto en el Universo existen incontables partículas que viajan a velocidades próximas a la de la luz
y que nos atraviesan constantemente sin que nos demos cuenta. Estas partículas subatómicas se producen como
consecuencia e fenómenos tremendamente violentos en el seno de estrellas galaxias, e interaccionan continuamente
con los átomos que nos forman.
¿Puede esta radiación influir en nuestro carácter en el momento de nuestro nacimiento o, por qué no, de
nuestra concepción o, de nuestro desarrollo embrionario?. Verdaderamente es un misterio. Se desconoce el
posible mecanismo mediante el cual un neutrino o cualquier otra partícula, al interactuar con un electrón de nuestra
corteza cerebral, podría influir en el carácter de un recién nacido o en si hoy vamos a tener un buen o mal día.
Si bien en Ciencia la palabra imposible no debería existir, la que sí existe es la palabra improbable y, hoy
por hoy, es muy improbable que se descubra alguna prueba de la existencia de dicho mecanismo. Seguramente
influirá más en el carácter del recién nacido el carácter de sus padres y el ambiente en el que vive.
Pero esto pertenece más al ámbito de la Psicología que al de la Física, y eso ya es otra historia.
Pero volviendo a la respuesta del principio. “Los astros”(estrellas, planetas, cometas, galaxias, etc) no influyen en
nosotros más de lo que nosotros queramos. Todos los cuerpos celestes influyen, por el mero hecho de existir,
en ese gigantesco ballet que es el Universo. Pero solamente existen dos cuerpos celestes que puedan influir, por
razones obvias, en nuestras vidas y son el Sol y, en menor medida, la Luna. Sin embargo no podemos dejar de
pensar en la alegría que sentimos cuando en una noche estrellada observamos alguna estrella fugaz y con
nuestro pensamiento formulamos un deseo que, esta vez, se cumplirá.
PASSO, AÑO I Nº3,
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