Revista 01.pdf - Pontificia Universidad Católica del Ecuador

INAUGURACIÓN DE LA UNIVERSIDAD
CATÓLICA DEL ECUADOR
El lunes 4 de noviembre de este año se realizó con sencilla y
austera ceremonia, la apertura de la Universidad Católica del Ecuador,
nuevo e importante Centro de Cultura Universitario, que abre
sus puertas a la juventud ávida de ciencia, de formación cabal, y de
lucha.
A las 8 a.m. el Excmo. Mons. Carlos María de la Torre ofició
en el altar central de la Basílica del Sagrado Corazón una Misa para
implorar al Espíritu Santo sus divinas luces y su soberano aliento
para una obra tan magna como ésta, en cuya gestación se han fincado
las mejores esperanzas de renovación intelectual y cristiana de
nuestro núcleo universitario. Estuvieron presentes los dignos miembros
del Cuerpo Gubernativo de la Universidad, con su Rector Magnífico
a la cabeza, Rvdo. Padre Aurelio Espinosa Pólit, S. J., el insigne
humanista y escritor, gloria de las letras nacionales.
El Vicerector, Dr. José María Pérez Echanique; el Decano de
la Facultad de Derecho, Dr. Julio Tobar Donoso, los Profesores y
alumnos, juntamente con algunos distinguidos sacerdotes y caballeros,
asistieron con máxima reverencia al Santo Sacrificio, participando
además, muchos de ellos en la Refección Eucarística.
Durante la misa el diestro Coro de la Comunidad de Oblatos
entonó piadosos cánticos, mientras, de rodillas, los distinguidos intelectuales
católicos, propulsores y cooperadores de la obra de la Universidad
Católica, consagraban sus afanes —como eco de su fe— al
Divino Corazón de Jesús, en su propio templo votivo, para que la enseñanza
y la vida de la naciente Universidad se inspiraran totalmente
en las orientaciones del Evangelio de Cristo y en la plenitud del
Magisterio de la Iglesia Católica.
A las once de la mañana, en el local de la Universidad Católica,
tuvo lugar la inauguración de los cursos. El Excmo. Sr. Arzobispo
de Quito impartió la bendición ritual en el recinto universitario,
bendijo un magnífico cuadro del Corazón de Jesús —copia del
de la Consagración de la República—, obsequio de la Comunidad de
Padres Oblatos con motivo del onomástico del ilustre metropolitano,
quien con la generosa oportunidad que le distingue, lo entregaba a
la Universidad Católica, dando así exacto cumplimiento a la intención
providencial del mismo Divino Corazón, que ha elegido un nuevo
trono y ha levantado su cátedra en esta Aula nueva, santuario de
la verdad y de la auténtica cultura cimentada en los basamentos inconmovibles
del catolicismo.
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