11.05.2013 Views

Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...

Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...

Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Tercer Domingo de Epifanía<br />

Jeremías 3, 21 - 4, 2, Salmo 130, 1 Corintios 7, 17-24, Marcos 1, 14-20<br />

Nos dice San Marcos que apareció Jesús <strong>en</strong> Galilea proclamando <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de Dios. “Se ha<br />

cumplido <strong>el</strong> plazo, está cerca <strong>el</strong> reino de Dios: convertíos y creed la Bu<strong>en</strong>a Noticia”. Esto nos resulta<br />

un tanto extraño, ¿acaso no se había predicado antes <strong>el</strong> m<strong>en</strong>saje de Dios? ¿Porqué aparece ahora Jesús<br />

predicando <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de Dios? ¿Qué hay de nuevo <strong>en</strong> este evang<strong>el</strong>io? ¿Cuál es la Bu<strong>en</strong>a Noticia?<br />

La expresión de “<strong>el</strong> reino de Dios” no es nueva. Es una metáfora usada <strong>en</strong> <strong>el</strong> Antiguo Testam<strong>en</strong>to<br />

<strong>para</strong> manifestar cómo se r<strong>el</strong>aciona Dios con su pueblo, con las naciones, o con <strong>el</strong> mundo por él creado.<br />

Al pres<strong>en</strong>tarse Jesús con tanta urg<strong>en</strong>cia, despertaba <strong>el</strong> interés d<strong>el</strong> público: ¿cuál será la Bu<strong>en</strong>a<br />

Noticia?, se preguntaba la g<strong>en</strong>te. Cuando Jesús decía que había llegado <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to, estaba urgi<strong>en</strong>do<br />

a la g<strong>en</strong>te a vivir de una manera difer<strong>en</strong>te a la habitual por las culturas y gobiernos terr<strong>en</strong>os. Jesús quería<br />

que la g<strong>en</strong>te viviera bajo <strong>el</strong> poder y estilo divinos.<br />

Jesús difundía su m<strong>en</strong>saje con ejemplos s<strong>en</strong>cillos y tomados de la vida ordinaria. El evang<strong>el</strong>io los<br />

llama parábolas. El reino de Dios, decía, se parece a una lám<strong>para</strong> que debe alumbrar a todos; es como<br />

un grano de mostaza que de pequeño se convierte <strong>en</strong> grande; es como <strong>el</strong> pastor que busca una oveja<br />

perdida; como un samaritano que se compadece de un hombre apaleado.<br />

Si nos fijamos bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> todas sus parábolas hay un tema de fondo, y es la compasión de Dios. Jesús<br />

estaba muy preocupado de manifestar la compasión de Dios. Mi<strong>en</strong>tras <strong>el</strong> judaísmo d<strong>el</strong> primer siglo<br />

hablaba de la santidad de Dios, Jesús insistía <strong>en</strong> la compasión de Dios.<br />

Jesús se mostraba compasivo acercándose a los cond<strong>en</strong>ados por la alta jerarquía eclesiástica. Comía<br />

con pecadores. Hablaba <strong>en</strong> público con mujeres, algo prohibido por la ley a un maestro espiritual.<br />

Su programa de compasión transc<strong>en</strong>día las barreras culturales. Para él t<strong>en</strong>ían igual dignidad un<br />

romano y un judío, un justo y un marginado, hombres y mujeres, ricos y pobres. Porque sabía que Dios<br />

Padre obligaba al sol alumbrar a unos y otros; y exigía a las nubes a que llovieran sobre unos y otros,<br />

sin distinción.<br />

No cabe duda que este programa era muy novedoso <strong>en</strong> una sociedad que se guiaba más por la ley<br />

y la justicia que por <strong>el</strong> amor. Lo vemos por la respuesta de la g<strong>en</strong>te. El pueblo se <strong>en</strong>contraba al borde<br />

de la desesperación, dominado por los romanos y rechazado por las autoridades de la sinagoga, ¿a quién<br />

recurrir? No quedaba otra alternativa que escuchar a este singular profeta que sin duda decía algo<br />

nuevo. Hablaba de un Dios que no rechazaba ni a prostitutas ni a recaudadores de impuestos, de un<br />

Dios que daba más importancia al ser humano que a la ley d<strong>el</strong> sábado, de un Dios que no se cansaba<br />

de perdonar.<br />

Este m<strong>en</strong>saje fue aceptado por unos pocos. Estos crecieron <strong>en</strong> comunidades pequeñas por todo <strong>el</strong><br />

Imperio Romano. Durante tresci<strong>en</strong>tos años reinó la Bu<strong>en</strong>a Nueva predicada por Jesús. Estos cristianos<br />

eran la admiración d<strong>el</strong> mundo pagano: “Mirad cómo se aman, y cómo compart<strong>en</strong> todo”.<br />

Mas he aquí que, <strong>en</strong> <strong>el</strong> siglo cuarto, <strong>el</strong> cristianismo adquiere poder y autoridad. Y, <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>la<br />

comunidad que practicaba los ideales predicados por Jesús, <strong>en</strong>tra la corrupción. Una corrupción que<br />

creció de manera escandalosa. Los seguidores de Jesús se hicieron todopoderosos, establecieron leyes<br />

<strong>para</strong> cond<strong>en</strong>ar al pueblo. Los seguidores de Jesús se hicieron egoístas y acumularon riquezas sin<br />

número.<br />

Entonces <strong>el</strong> pueblo perdió la fe <strong>en</strong> esa institución que había dejado de practicar la Bu<strong>en</strong>a Noticia<br />

de Dios predicada por Jesús. El reino de Dios había desaparecido y se había instalado <strong>el</strong> Sagrado<br />

Imperio Romano. Si Jesús hubiera podido ver esto <strong>en</strong> la tierra se hubiera escandalizado.<br />

Nosotros todavía estamos a tiempo de recuperar y de revivir los ideales predicados por Jesús.<br />

¿Queremos a un Dios compasivo o a un Dios egoísta y justiciero? ¿Queremos a un Dios que apoye <strong>el</strong><br />

poder y la injusticia o a un Dios que busque la equidad y <strong>el</strong> bi<strong>en</strong>estar de todos? De nosotros dep<strong>en</strong>de<br />

<strong>el</strong> implantar los ideales de Jesús <strong>en</strong> esta tierra.<br />

19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!