Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...
Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...
Homilias para el Leccionario Dominical Año B - Iglesia Episcopal en ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Propio 13<br />
Exodo 16, 2-4, 9-15, Salmo 78, 1-25, Efesios 4, 17-25, Juan 6, 24-35<br />
El salmo de hoy nos dice que Dios “les mandó comida hasta saciarles” (78, 25). En muchos<br />
lugares d<strong>el</strong> mundo, donde hoy se lean estas lecturas, habrá niños y personas, que, con ojos hundidos<br />
<strong>en</strong> caras demacradas, clamarán ¿dónde se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra esa comida? ¡Nosotros t<strong>en</strong>emos hambre!<br />
¿Cómo podrá esa g<strong>en</strong>te famélica escuchar la palabra de Dios, mi<strong>en</strong>tras sus estómagos están vacíos?<br />
Realm<strong>en</strong>te es una vergü<strong>en</strong>za que <strong>en</strong> estos mom<strong>en</strong>tos de mayor prosperidad económica de la<br />
historia, es cuando mayor número de seres humanos está muri<strong>en</strong>do, precisam<strong>en</strong>te de hambre. Todos<br />
los días, miles de niños malnutridos muer<strong>en</strong> <strong>en</strong> países de América Latina, <strong>en</strong> países de Africa y <strong>en</strong> países<br />
de otros contin<strong>en</strong>tes. Y las palabras d<strong>el</strong> salmo sigu<strong>en</strong> sonando con toda su veracidad: “les mandó comida<br />
hasta saciarles”.<br />
Muchos tem<strong>en</strong> que llegue <strong>el</strong> día <strong>en</strong> que no haya sufici<strong>en</strong>te alim<strong>en</strong>to <strong>para</strong> todos. Cada vez somos<br />
más los habitantes de este planeta. Y, ¡cosa curiosa!, hoy t<strong>en</strong>emos más alim<strong>en</strong>tos y más comida que<br />
nunca. La comida sobra, se tira, se desperdicia. En algunas naciones d<strong>el</strong> mundo, los habitantes están tan<br />
alim<strong>en</strong>tados que han llegado al extremo de la obesidad. La abundancia de comida les conduce a otro<br />
mal, casi peor. ¿Qué sucede? Hay unas estructuras injustas <strong>en</strong> la sociedad que impid<strong>en</strong> que los alim<strong>en</strong>tos<br />
puestos por Dios <strong>en</strong> la tierra se distribuyan con equidad. Mi<strong>en</strong>tras unos nadan <strong>en</strong> la abundancia, otros<br />
carec<strong>en</strong> de lo más necesario <strong>para</strong> poder sobrevivir.<br />
El libro d<strong>el</strong> Exodo ofrece una historia que su<strong>en</strong>a a milagrosa. Según <strong>el</strong>la, <strong>el</strong> pueblo Isra<strong>el</strong>ita había<br />
sido librado de una gran esclavitud, pero ahora echaba de m<strong>en</strong>os la comida sabrosa y cali<strong>en</strong>te que comía<br />
<strong>en</strong> Egipto, y se queja de Dios. Los isra<strong>el</strong>itas empiezan a murmurar. Por fin, Dios les sacia hasta apagar<br />
<strong>el</strong> murmullo de sus quejas, con alim<strong>en</strong>to milagroso. Moisés dijo al pueblo: “Este es <strong>el</strong> pan que <strong>el</strong> Señor<br />
les da como alim<strong>en</strong>to” (Ex 16,15).<br />
La misma actitud milagrosa aparece <strong>en</strong> <strong>el</strong> capítulo sexto d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io de San Juan. Según ese<br />
r<strong>el</strong>ato, Jesús da de comer a más de cinco mil personas. Desde ese mom<strong>en</strong>to muchos lo seguían, pero<br />
Jesús se queja porque sólo lo hacían por <strong>el</strong> alim<strong>en</strong>to que habían recibido. Esto parece contradictorio.<br />
Si era g<strong>en</strong>te pobre, destituida, sin tierras, ni trabajo ni esperanza de lograr comida, ¿por qué habría Jesús<br />
de quejarse? ¿No era lógico que lo siguieran esperando recibir más comida?<br />
Sin embargo, Jesús apuntaba hacia otra parte. La solución puede que la <strong>en</strong>contremos <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />
Evang<strong>el</strong>io de San Marcos. Allí, Jesús ord<strong>en</strong>a a sus discípulos: “Dadles de comer” (Mc 6,37). En otras<br />
palabras, Jesús quiere que nosotros, demos de comer a toda la g<strong>en</strong>te que está hambri<strong>en</strong>ta.<br />
Repitamos <strong>el</strong> verso d<strong>el</strong> salmo: “les mandó comida hasta saciarles”. Dios ha puesto sufici<strong>en</strong>te<br />
comida <strong>en</strong> este planeta <strong>para</strong> que todos comamos y nos saciemos. Después de comer los miles de<br />
millones de personas que vivimos <strong>en</strong> esta tierra, todavía sobrarán muchísimas cestas ll<strong>en</strong>as de comida.<br />
Los alim<strong>en</strong>tos exist<strong>en</strong>, están ahí, amontonados, y, a veces, pudriéndose. ¡Hagamos algo! Desde luego<br />
que los ci<strong>en</strong>tíficos están trabajando y logrando auténticos milagros <strong>para</strong> multiplicar más los recursos de<br />
tal manera que haya <strong>para</strong> todos. El problema no va a ser la escasez, <strong>el</strong> problema de siempre va a ser <strong>el</strong><br />
egoísmo de qui<strong>en</strong>es quier<strong>en</strong> acumular sin distribuir.<br />
¿Qué podremos hacer? San Juan nos dice que Jesús es <strong>el</strong> pan que da la vida. Efectivam<strong>en</strong>te, Jesús<br />
quiere que nos alim<strong>en</strong>temos con <strong>el</strong> alim<strong>en</strong>to que produce frutos de vida eterna. Hasta que no nos<br />
demos cu<strong>en</strong>ta de que <strong>el</strong> egoísmo no hace f<strong>el</strong>iz a nadie, habrá g<strong>en</strong>te que muera de hambre.<br />
Ahora que estamos a punto de acercarnos a la Eucaristía, no nos olvidemos de que, sin <strong>el</strong> alim<strong>en</strong>to<br />
divino, morimos espiritualm<strong>en</strong>te. Eso quiere decir que seguimos cometi<strong>en</strong>do obras que conduc<strong>en</strong> a<br />
caminos de injusticia. Por eso es necesario que todos recibamos a Cristo sacram<strong>en</strong>tado y prometamos<br />
resolver <strong>el</strong> problema alim<strong>en</strong>ticio humano y espiritual que tanto hace sufrir a la humanidad.<br />
56