Una bolsa de sal y una sonrisa - Escritores Teocráticos.net
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Cantar <strong>de</strong> los Cantares. El orador explicó el marco <strong>de</strong> circunstancias <strong>de</strong>l siguiente cuadro, basado en<br />
el capítulo quinto:<br />
— “La acción transcurre en el palacio <strong>de</strong> Salomón. A la izquierda, el dormitorio <strong>de</strong> la sulamita;<br />
a la <strong>de</strong>recha se representa lo que ella está soñando. Vemos <strong>una</strong> calle <strong>de</strong> Jeru<strong>sal</strong>én; el pastor está<br />
afuera llamándola. Al levantarse el telón, la voz <strong>de</strong>l tenor interpreta lo que la sulamita oye en sueños.<br />
La escena está sumida en tinieblas; <strong>una</strong> leve claridad <strong>de</strong>ja percibir el contorno <strong>de</strong> las cosas. El pastor<br />
canta:<br />
Abre la puerta amada;<br />
estoy solo en la calle y tengo frío.<br />
El alba se ha acercado.<br />
Mi cabello está lleno <strong>de</strong> rocío.<br />
(Cantares 5: 2)<br />
La muchacha se agita en su lecho y se levanta. Sonámbula, danza <strong>de</strong>scalza en la oscuridad.<br />
Busca su manto y sus sandalias. Cuando al fin los encuentra se calza y se abriga. Sale a la calle pero<br />
no ve a nadie. La música melancólica representa bien la frustrada ilusión. La orquesta va alcanzando<br />
un crescendo doloroso, agitado, que sugiere la terrible pesadilla que sigue al primer sueño. Los<br />
guardias <strong>de</strong> la ciudad irrumpen en la escena y la amenazan, la ro<strong>de</strong>an, la empujan, la maltratan y<br />
quieren arrebatarle su manto. Cuando <strong>de</strong>saparecen, la sulamita vuelve a su lecho, temblorosa y<br />
vacilante. <strong>Una</strong> melodía dramática expresa su <strong>de</strong>solación.<br />
El quinto cuadro muestra <strong>una</strong> <strong>de</strong> las suntuosas <strong>sal</strong>as <strong>de</strong>l palacio <strong>de</strong> Salomón. Las damas <strong>de</strong> la<br />
corte ro<strong>de</strong>an a la sulamita tratando <strong>de</strong> persuadirla para que acepte al rey por esposo. Ella piensa<br />
solamente en el pastor y rechaza toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> serle infiel. El propio rey se presenta con un ruego que<br />
la voz <strong>de</strong>l barítono expone enfáticamente. La sulamita reitera su negativa y Salomón, dándose por<br />
vencido, la <strong>de</strong>ja partir.<br />
En el último cuadro se ve a los hermanos <strong>de</strong> la sulamita mirando a la distancia. Ella y el pastor<br />
aparecen minutos <strong>de</strong>spués en el escenario, entrando por el foro izquierdo. La danza <strong>de</strong> los dos<br />
ro<strong>de</strong>ados por los hermanos <strong>de</strong> ella, expresa el triunfo <strong>de</strong>l amor. Ya no la consi<strong>de</strong>ran <strong>una</strong> niña mal<br />
preparada para el matrimonio. Tres pastores, compañeros <strong>de</strong>l novio, entran por el foro <strong>de</strong>recho<br />
seguidos por tres cor<strong>de</strong>ritos vivos, que luego toman en sus brazos mientras contemplan el grupo <strong>de</strong><br />
bailarines. La danza termina y el grupo posa estáticamente a la vez que se oye un coro <strong>de</strong> cuatro<br />
voces masculinas expresando la bendición <strong>de</strong> los hermanos:<br />
Amada hermana nuestra<br />
sea tu dicha cierta,<br />
por cuanto no cediste<br />
ante cualquier presión, como un puerta.<br />
Tu corazón es firme, tu amor estable y puro.<br />
¡Has logrado la espléndida belleza<br />
<strong>de</strong> un inviolable muro!<br />
Luego, la soprano y el tenor cantan en un exquisito dúo las inolvidables palabras <strong>de</strong>l capítulo<br />
final <strong>de</strong> Cantares, que resumen el mensaje <strong>de</strong>l antiguo poema:<br />
El amor es tan fuerte<br />
como la misma muerte.<br />
Aguas inundadoras no pue<strong>de</strong>n extinguirlo.<br />
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