Educación sexual - Inicio COESPO

Estos saberes docentes son de distinto tipo y pueden organizarse
al menos en tres grandes grupos:
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Aprendizaje de nociones y contenidos fundamentales. Si
bien el docente no tiene que ser un especialista en
educación sexual, al menos sí es indispensable que cuente
con una formación básica al respecto. Ello incluye, por
ejemplo, aprender un significado amplio sobre la
sexualidad, identificar con claridad sus componentes,
reconocer qué aporta cada uno de ellos y cómo se integran
para conformar un concepto amplio y rico. Este aprendizaje
sobre el significado de la sexualidad permitirá identificar
nuevos asuntos, conceptos, ideas que requieran conocerse.
Desarrollo de actitudes y disposiciones docentes. Más allá
de “saber mucho” sobre la sexualidad y las nociones que
giran en torno a ella, una adecuada educación sexual exige
al docente tomar una posición en la que defina cómo
enfrentará el tema, de qué manera utilizará el poder que
posee al hablar de ello, y qué clima generará para hacerlo.
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La educación sexual y la escuela