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LA CORONA Y LA CRUZ FORTMON
Hacia mis 15 anos de vida, mi Tio se vio amenazado de secuestro a
su hija Alicita; recuerdo que en esos días pasaba vacaciones en su
casa, yo vivía y estudiaba en Bogotá, como otras veces más que
hice cada que venía a Cúcuta; me dio un revólver calibre 22, que
guarde en el bolsillo que entre El y mi tío Cesar me dieron al
ofrecimiento mío de defender a mi primita, ya que por una parte
ellos decían que yo estaba siempre junto a ella y los raptores no
sospecharían que al yo estar armado, los secuestradores no
pensarían en mi, un muchacho, y los podía defender, la verdad que
para mi tener ese revólver en el bolsillo y saber que tendría que
defender a mi prima me parecía algo normal, no me temblaba el
pulso, ni me daba miedo, seguro que no se que cosas hubiera hecho
de suceder el secuestro que nunca llegó, pero de una cosa si estoy
seguro, que les hubiera enfrentado.
Me acerqué a la cama donde estaba mi tío, respiraba un poco
fuerte, Alicita prácticamente puso mis manos entre las suyas ya
que el se había inclinado lateralmente por su lado izquierdo, puesto
que yo había entrado y encontré la cabecera de la cama hacia mi
izquierda, pase hacia el lado izquierdo de la cama; tomó mi tío mis
manos entre las suyas, pues El había quedado ciego hacia unos
pocos años, me dijo “esto que le digo es para Usted,
prométame que lo va a hacer, que va a luchar por eso,
que no lo va a dejar” yo adelantándome por su estado, le dije
“tranquilo tío no se preocupe que no les va a faltar nada a
ellas, en lo que pueda yo las voy a ayudar” adivinando y
pensando que se refería a que velara por Helena su esposa y Alicita
su hija, entonces como si se hubiera puesto de mal genio, se
incorporó de casi quedar sentado en un esfuerzo enorme, me dijo
“no; esto es para usted, luche por la corona de Francia,
luche por la corona de Francia, luche por la corona de
Francia”.
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