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LA CORONA Y LA CRUZ FORTMON
percibía mucho y me interesaba saber sobre estas cosas. Llegué a
recibir de mi novia de esa época el mote de “boca de chivo”, que
significaba que todo lo que decía salía, y realmente me caractericé
por esto, cuanto pensaba que sería, así sucedería.
Tuve miedo pensar en cosas en esos años; pues a veces era mas lo
malo que veía que sucedería que lo bueno, como si lo bueno no
tuviere las repercusiones interesantes que colmaran mi atención o
porque quizá mi siquis se estremecía más con los sucesos
negativos, pasando los otros desapercibidos, mas sin embargo
también estos hechos los vi, y los presentí.
Bien podría decir que se marco mi vida en 1976 en los verdaderos
giros espirituales que di; bien podría decir que mi verdadero
conocimiento ya más aplomado y sensato inició en 1976.
En este año comenzó el batallar de mi mente había contraído
matrimonio y sentía que el sexo me asfixiaba, me ahogaba, me
agobiaba saber que estaba perdiendo energía inmisericordemente y
no encontraba como detenerla a pesar que podía dominar el acto
sexual a mi modo, pero como los médicos decían que no eyacular
era peligroso, me asustaba mucho, era una lucha constante de mi
mente queriendo parar de eyacular y de mi fuerza interna que me
decía que tenia que encontrar el camino.
Helena Pretosian Blavatsky escribió: “Estamos cerca de cerrar
el círculo de los 5 mil años de la era del KALY YUGA, la
edad de la oscuridad que será reemplazada por la edad de
la iluminación espiritual, un nuevo mensajero se anuncia
para esta nueva era que será enviado a las naciones del
oeste. El aparecerá en 1975”
A partir de esta época mis estudios intelectuales y descubrimientos
de la clarividencia y viajes astrales me ayudaron a reencontrarme
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