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LA CORONA Y LA CRUZ FORTMON
este mundo, no hubo cupo en mi mente y mi corazón ante estas
luchas y desasosiego de mi alma y mi espíritu a través de mi plano
físico, solo sin que hacer, mal visto entre mis propios hermanos,
destrozado de todas las formas. Pasando las pruebas de Job
insignificantes a lo realmente vivido. Luchando además contra
mi Ego, destruyendo formas negativas interiormente arrastradas
por otras vidas y recapituladas en ésta. Fue una gran lucha, una
lucha tenaz.
Era como la lucha de alguien en un río contra la corriente que sabe
que más adelante viene una cascada, o en un lago con un remolino
que te traga, o arrastrado en el propio mar por sus diferentes
corrientes, que se esta ahogando, que tiene que luchar por su
propia existencia; en ese momento no se piensa en nada mas que
tratar de sobrevivir aferrándose a los salvavidas que tengas a mano.
Es la cruel lucha de la existencia por si misma. Totalmente solo.
Difíciles momentos viví en mi cruda soledad, enfrascado en estas
luchas con todo el mundo encima mío.
Mis meditaciones, las lecturas de mis libros, eran mi soporte
espiritual.
Fue entonces cuando regrese a mi ciudad natal, hacia 1994 ya antes
había luchado contra todas estas enviaciones espirituales malignas
que a propósito y con mala intención me enviaban mis enemigos
que no eran otros que aquellos mismos que estaban dentro de mi
familia, o de la de mi esposa, o algunos que encontré en mi
camino, muy cercanos;
Me había logrado levantar una vez más. De nuevo una vez pase
por los procesos de recuperar todo el conocimiento intelectual de la
magia y la teúrgia que durante años había estudiado y conocido
pero nunca aplicado, que me sirvieron de espada para defenderme
y poner a raya a mis enemigos que se ensañaban contra mi.
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