Diagnóstico de los Derechos Humanos en Privados de Libertad en ...

La tipificación de los delitos y las penas constituyen otro
problema. Por ejemplo, la hechicería es un delito grave para
el derecho consuetudinario, siendo para el derecho positivo
inexistente. Sucede algo similar con algunos casos de violaciones
y de lesiones graves. En muchas de las comunidades estos actos
tienen el rango de faltas, por lo que son susceptibles de mediación
y reparación del daño mediante un pago, mientras que para el
derecho positivo son delitos y en la mayoría de los casos tendrían
que ser sancionados con medidas privativas de libertad. Un
contraste significativo que se observa entre el derecho positivo
y el derecho consuetudinario de las comunidades miskitas,
estriba en que este último no contempla medidas de privación
de libertad.
En las comunidades cercanas a las cabeceras municipales, en
donde está bien asentado y arraigado el derecho positivo, se ha
dado cierto “fenómeno de armonización”. Dicho fenómeno, en
rasgos generales, consiste en el reconocimiento jurisdiccional
que los jueces comunitarios hacen, al pasar los casos de extrema
gravedad al Sistema de Justicia del derecho positivo. Según citan
los informantes clave especializados en la materia, esto ha
generado otro tipo de problemas de carácter procesal, como que
una persona pueda ser juzgada dos veces por el mismo delito o
falta.
La complicación fundamental se deriva en dos factores:
1. Aunque el Derecho Consuetudinario es reconocido en la
Constitución, no existe claridad o certeza en relación a su
jerarquía legal. No se ha logrado especificar el grado de
vinculación de las resoluciones comunitarias.
2. Gran parte de los usuarios del Sistema de Derecho
Consuetudinario, no distinguen la supremacía
constitucional y desconocen las garantías de derechos
humanos universales que se deben respetar en todo
proceso.
Es meritorio destacar los esfuerzos por lograr un proceso de
armonización que ha hecho desde hace algunos años la Corte
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