Forward Kioto - Blog de Israel Pintor
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TALLER CARTONERO/RECICLA/EDITA/CREA - VOL.3 TEC SEVILLA<br />
—Déjame <strong>de</strong>cirte una cosa para que la cuentes en la cárcel<br />
—Tana sonrió victoriosa aunque algo nerviosa—. La Susona fue una<br />
judía que traicionó a su amante cristiano a favor <strong>de</strong> su padre, <strong>de</strong>berías<br />
informarte mejor <strong>de</strong> las leyendas <strong>de</strong>l barrio —se dio la vuelta y miró al<br />
comisario— ¡Gracias Papá! ¡Creí que no llegarías a tiempo! —Prosiguió<br />
cada vez más tranquila—Como te dije ha caído víctima <strong>de</strong> su propio<br />
fetichismo, el pañuelo, los tacones...en fin. Te dije que la psicología<br />
sería <strong>de</strong> gran ayuda. El encanto superficial, la inteligencia, un estilo<br />
<strong>de</strong> vida parasitario, la frialdad no son sino distintos síntomas <strong>de</strong> una<br />
personalidad psicópata. Y tú pensabas que se trataba tan solo <strong>de</strong> un<br />
“tonto con encanto”.<br />
—Debí hacerte caso antes—volvió a abrazarla—Dime…<br />
¿No has sentido miedo?<br />
—Por supuesto Papá, pero los psicópatas fetiches tiene una<br />
peculiaridad difícilmente entendible para las personas que usamos la<br />
lógica. Sólo matan en presencia <strong>de</strong> los objetos que veneran. Álvaro<br />
nunca hubiese disparado.<br />
—¿Por qué estás tan segura?<br />
—Porque no llevo puestos ni el pañuelo ni los tacones,<br />
señuelos indispensables. Créeme papá —siguió hablando<br />
profesional—. La seducción que mostró <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un inicio es la base que<br />
permitía el acto psicopático. Solo que esta se produce mediante una<br />
transferencia bidireccional don<strong>de</strong> su propuesta psicópata <strong>de</strong>be encontrar<br />
un eco en mis apetencias. Solo tuve que <strong>de</strong>jarme llevar enamorada <strong>de</strong><br />
sus encantos complaciendo así sus inquietu<strong>de</strong>s ególatras.<br />
—Hija mía…has salido a tu padre—respondió el comisario<br />
Reche orgulloso.<br />
Efectivamente, se trataba <strong>de</strong> la hija <strong>de</strong>l mejor policía <strong>de</strong><br />
Sevilla. El comisario Reche había conseguido solucionar el enésimo <strong>de</strong><br />
sus casos gracias a su primogénita. Por su parte Álvaro se echó a llorar.<br />
Nunca se supo si abrumado ante la magnitud <strong>de</strong> la futura con<strong>de</strong>na o a<br />
consecuencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sangelado sentimiento que le producía el haber sido<br />
seducido por unas <strong>de</strong> sus víctimas.<br />
El sábado 9 <strong>de</strong> julio Álvaro ingresó en prisión y se hizo justicia<br />
por las muertes <strong>de</strong> María Campos, Sonia <strong>de</strong> Oleza y Lucía Linch. El<br />
domingo 10 <strong>de</strong> Julio, Gitana Reche volvió a Madrid con la medalla<br />
al mérito civil, <strong>de</strong>talle que enalteció su reputación como psicóloga.<br />
Finalmente, el comisario, envuelto en el perfume a dama <strong>de</strong><br />
noche que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> Sevilla en los albores <strong>de</strong>l verano, se jubiló. Cerraba<br />
así un brillante historial, finiquitado con el riesgo <strong>de</strong> haber podido per<strong>de</strong>r<br />
a su hija. Eso lo diferenciaba <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Eran las 18:11 <strong>de</strong>l lunes 11<br />
<strong>de</strong> Julio.<br />
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