Descargar PDF - Centro Cultural José Pío Aza

Costa entra a la habitación donde está bebiendo Antonio, que hace de Colón, para
ensayar su papel. Hablan de sus familias. Costa dice que tiene un hijo de catorce
años pero confiesa que no sabe cómo es y que vive con su madre. Antonio dice
que este oficio destroza las familias. Comienzan con la lectura:
Colón: "Son tan ingenuos y generosos con lo que tienen, que nunca niegan nada.
Cualquier cosa que tengan, si se la pides, te la dan. Invitándole a la persona a
compartirla con ellos. Aún no he conseguido descubrir si tienen propiedad privada.
Con solo cincuenta hombres se les puede reducir y obligarles a hacer lo que uno
quiera. En la primera isla que encontré, tomé algunos a la fuerza; sus altezas
podrán observar, que les daré tanto oro como deseen a cambio de un poco de
ayuda, además de especies y algodón y esclavos, tantos como se soliciten. Toda
la cristiandad debería regocijarse y agradecer solemnemente a la santísima
trinidad, el haber convertido a tantas almas a la fe sagrada; así como de los
innumerables beneficios materiales que esto nos reportará, puesto que no solo
España, sino que toda la cristiandad, gozará de solaz y provecho". Pues esta es
exactamente la primera carta que Colón envió desde nuevo mundo a la corona
española.
Costa: "¿Por qué bebes tanto?
Antonio: "Porque tengo siempre mucha, mucha, mucha sed".
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Secuencia en el galpón donde están confeccionando las tres carabelas de
Colón. Costa se dirige a Daniel que mira el cascabel que deben llenar cada indio
para la corona.
Costa: "Oye Daniel, el otro día te vi en la manifestación con la policía y yo no sé si te
das cuenta que si te pasa algo, estamos jodidos. O sea, sin ti no podemos acabar
la película. ¿Tú no podrías mantenerte un poquito al margen de todo esto?".
Le llaman por el móvil a Costa. Se dirige a Daniel y le dice: "Son los de la pasta,
acaban de ver el material y dicen que estás cojonudo". Se le oye decir en inglés:
"Estoy aquí con Hatuey. Sebastián tenía razón: Esto es la hostia tío, cuesta menos
poner a un tío haciendo de contrapeso, que pagar un saco de arena. Dos dólares al
día y como reyes. Dejas un par de bombas de agua y unos camiones viejos al
acabar, y listo. 200 extras. Ok. Bay". Dirigiéndose de nuevo a Daniel: "Daniel, tío,
vamos a hacer una película espectacular. Cientos de tipo lavando arena,
buscando oro, la hostia, la hostia.. y tú estás ahí, estás ahí, cabrón"…
Daniel le responde en inglés: "Esto es la hostia, tío. Dos putos dólares y ellos tan
contentos. Yo he trabajado dos años como albañil en los Estados Unidos. Yo me
conozco esta historia". Llama a su hija Belén y se van. Costa queda corrido de
vergüenza.
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G U I Ó N