88 - Revista Personae

evitar la pérdida de tierra y arena por el lado del mar del norte.
Salvo ciervos y venados, no se han conservado animales mayores en los bosques
de Dinamarca. Sin embargo, hay una fauna importante y variada de aves. La
contaminación ambiental es la principal amenaza para la fauna danesa en las zonas
acuáticas cerca de las costas y en los lagos y ríos del interior. Sus recursos naturales
están formados por petróleo, gas natural, pescado, sal y roca caliza.
En Dinamarca se hallan tres sitios declarados patrimonio de
la humanidad: Las colinas de tumbas, las runas y la iglesia
de Jelling, la catedral de Roskilde y el castillo de Kronborg
cercano a Helsin.
La moderna economía de mercado permite que exista una agricultura de alta
tecnología, altos niveles de bienestar, moneda estable y alta dependencia de los
mercados exteriores. Dinamarca es exportador nato de productos alimenticios
y energía. Su balanza de pagos es positiva.
75% de los trabajadores daneses pertenece a algún sindicato dentro de la
Confederación Danesa de Sindicatos. Las relaciones entre sindicatos
y patrones son de cooperación. Los convenios laborales que fijan los horarios de
trabajo y los salarios se negocian entre ellos, con mínima intervención del gobierno:
no existe salario mínimo.
El gobierno ha sido capaz de igualar o superar los criterios económicos de
convergencia necesarios para entrar en la unión económica y monetaria de la
Unión Europea. Sin embargo, Dinamarca, en un referéndum realizado
en septiembre de 2000, decidió no adoptar el euro como moneda.
La Cultura de Dinamarca es difícil de definir. Sin embargo, existen algunas
características generales, a menudo asociadas a la sociedad danesa y a su cultura
diaria. Los daneses son, en general, gente reservada, aunque considerablemente más
abiertos que sus vecinos de Noruega o Suecia.
A los daneses les gusta la diversión,
pero también son trabajadores
constantes cuando las circunstancias
lo requieren. La igualdad es
una parte importante en la
cultura danesa, mucho más
importante que el éxito o lo
que se podría considerar un
intento de demostrar que
uno es más importante que
el resto. Los daneses llaman a esta
característica Janteloven o Ley
de Jante
Así que si usted viaja a cualquier
área de Dinamarca no se sorprenda
que le llamen por su nombre. Porque
la mejor forma en que demuestran lo
anterior es a la hora de dirigirse a las
personas. Rara vez se dirigirán a usted
con otro apelativo que no sea su nombre
de pila, por encima de su título o
cargo, aunque no es irrespeto, sino un
puente hacia la igualdad.
Otro valor nacional característico
de los daneses es la hospitalidad. Un
danés, siempre se esforzará por ser excelente anfitrión preparando comidas, bebidas
y decoraciones para sus invitados horas antes de recibirlos en su casa o apartamento.
El mejor cumplido que uno puede hacer a un danés en una situación de estas, es un
sencillo pero sincero: ‘gracias por este día, tarde o noche tan agradable’.
Pero ¡cuidado! es considerado de mala educación llegar a una casa sin previo
aviso, porque ello dificulta in extremis la posibilidad de permitirles a sus amigos
ser ‘anfitriones cdecentes’. Lo peor, que usted ose interrumpir su descanso.
Tampoco es aceptable llegar tarde a una cita de trabajo o amistosa, pues esto es
considerado una falta de respeto y una violación de un convenio mutuo, incluso es
visto como una violación al principio de igualdad, puesto que las horas de reunión
son las mismas para todas las partes involucradas.
Ahora bien, para disfrutar de la mejor forma una visita a cualquiera de las
ciudades de Dinamarca, la mejor forma es hacerlo en bicicleta. La bicicleta es
un medio de transporte extremadamente popular, ya que es gratuito, bueno si vive
allá debe comprar su propia bicicleta y darle el debido mantenimiento. Pero si va de
visita, la tendrá que rentar o pedir prestada a un amigo del lugar.
Además de práctica, es saludable. Además, muy tomado en cuenta en el trazado
urbanístico de las poblaciones danesas, porque existen vías para bicicletas, incluso,
en el centro de Copenhague. Todo esto es muy fácil porque su territorio es
prácticamente plano, cuyo punto más alto no alcanza los 200 metros sobre el nivel
del mar.
En las principales estaciones de tren (Hoeje Taastrup, Oerestadt,
etc.) existen áreas designadas para aparcar las bicicletas de forma gratuita, y es muy
común, incluso, encontrar bicicletas sin candado ni otros dispositivos de seguridad.
Está permitido montar en los trenes con la bicicleta, y en ocasiones es el único medio
de transporte disponible, aparte de caminar. Pruébelo, vaya, verá que calma chica
se respira por allá.
P E R S O N A E •