Mitos y leyendas del Barroco americano Capítulo 13
Mitos y leyendas del Barroco americano Capítulo 13
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<strong>Mitos</strong> y <strong>leyendas</strong> <strong>del</strong> <strong>Barroco</strong> <strong>americano</strong><br />
de aserrio (Aserradero) le pagaban por cada árbol cortado y entonces,<br />
serafín el hombre más viejo <strong>del</strong> pueblo le advirtió – mira Runcho no te<br />
metas a dañar el monte. Eso es peligroso puede venir la marimonda.<br />
Al poco tiempo, los campesinos notaron que el río bajaba con<br />
menos agua y que en el monte se escuchaban con menos frecuencia los<br />
gritos de los loros y los cantos de los mirlos… Cuando al rancho llegó<br />
Jacinto pensando que haría con sus naranjos recién sembrados y sin<br />
agua para regarlos. Ya oscurecía y por detrás <strong>del</strong> monte se veía salir<br />
una luna redonda y amarilla. Al poco tiempo, los campesinos notaron<br />
que el río bajaba con menos agua y que en el monte se escuchaban con<br />
menos frecuencia los gritos de los loros y los cantos de los mirlos…<br />
Cuando al rancho llegó Jacinto pensando que haría con sus naranjos<br />
recién sembrados y sin agua para regarlos. Ya oscurecía y por detrás<br />
<strong>del</strong> monte se veía salir una luna redonda y amarilla.<br />
De pronto apareció un resplandor luminoso el cual poco a poco<br />
fue tomando la figura de una hermosa mujer, que no era otra que la<br />
marimonda o madremonte que quería castigar al runcho por estar<br />
dañando la naturaleza. Y lo envolvió en un espeso musgo gris y<br />
gruesos bejucos que parecían serpientes y se enrollaron en el cuerpo<br />
<strong>del</strong> hombre hasta matarlo.<br />
VIII. El Silbón de Guanarito<br />
Es una leyenda <strong>del</strong> llano venezolano cuya autoría discutían varias<br />
poblaciones <strong>del</strong> Estado Portuguesa, al final todos convinieron que esta<br />
leyenda nació en la ciudad de Guanarito (11). Empieza narrando que<br />
El Silbón era un joven consentido, a quien un día se le antojó comer<br />
“asadura” de venado (el hígado, el corazón y el bofe <strong>del</strong> animal). Para<br />
complacerlo, su padre fue de cacería. Pero la jornada estuvo mala, e<br />
iba a ponerse peor.<br />
En vista de esto, el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía<br />
nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le sacó las vísceras y se<br />
las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la<br />
madre sospechó que eran las “asaduras” de su marido. Preguntándole<br />
al muchacho, este confesó la verdad. De inmediato lo maldijo “pa’ to’<br />
López JE, et al 527