Cimarronaje, exclusión, mestizaje y blanqueamiento en Pobre ...

fadicional con el espacio propio de la nación. Cecilio el viejo conoce los idiomas
europeos y ha ¡eído a todos los autores clásicos en sus textos originales. Es al mismo
tiempo abogado, médico, naturalista, geógrafo... y un andarín empecinado en
conocer "a pie casi todos los caminos del país" (34). Así, esta figura condensa el ideal
del sabio humanista capaz de esparcir en el suelo de la patria el saber letrado
tradicional adquirido en los centros ilustrados europ€os. Es este saber "universal" el
que le permite tomar distancia de su propia clase -aun cuando la ficción insiste en
recordar su origen mantuano- para renunciar a su herencia en bienes materiales y
construirse una riqueza "espiritual" basad¿ en el desprecio al dinero a favor del
trueque que paga trabajo con trabajo, porque "el dinero prostituye" (38). Un antiguo
valor residual, el del desprecio por la riqueza material, se pone a funcionar como
destello de socialismo utópico en este pemonaje que en todo momento es ma¡cado
como extravagante y adelantado a su propio tiempo.
Es por esta salida ficcional del personaje excéntrico que se resuelve una de las
tensiones del texto que tiene que vfl con la pregunta por el pasado. La tradición
iluminista y romiíntica de este personaje, es injertada en el tronco fértil del sujeto
nacional representado por el mestizo Peüo Miguel, en quien las enseñanzas del
maestro darán Íir¡tos más perdurables que los obtenidos por la vía de la educación al
representante de su propia casta, Cecilio el joven. Pedro Miguel ("aquel que estaba
plantado en la vida ent¡e dos campos hostiles" [88]) irá aprendiendo a aceptar su
condición de mestizo al tiempo que aprenderá a aceptarse como líder -p¿ra el
trabajo productivo, en tiempo de paz; pa¡a la lucha honesta, en tiempos de guerfay
como sujeto destinado a construir el único futuro posible que deja¡á en pie la
ficción.
La intervención en la memoria colectiva que realiza Pobre Negrc prmite,
igualmente, coloca¡ en la historia, es derir en e¡ pasado, a las culturas populares como un
todo. l,as costumbfes, fiestas, bailes y actos públicos de cariácter popular ----en los que lo
cotidiano, lo mágico y lo religioso 56 ¡¡1s2g[¿¡¡- son conyertidos en objetos --{e
exposición, colección o culto- que han perdido su sentido en la vida cotidiana de la
contemporaneidads. Si bien a lo largo de toda la novela los bailes, fiestas y creencias
8 Como ha señalado Piere Nora, una de las operaciones claves de la historización de la memoria
consiste en desterrito¡ializar las práctic¿s cotidianas sobre las cuales Ia memoria se sostiene: "Memory
being a phenoneDon of emot,on and magic, accomodates only those facts lhat suit i!- l¡ th¡ives on
vague, telescoping rcminiscenc€s, on hazy gene¡al iñpr€ssions o¡ speciñc symbolic details. tt is
vulnerable to tra¡sferenc€s, scrcen memories, censorings, and projections of all kinds. History. being
a¡ inÉllectual, nonreligious activity, calls fo¡ analysis and critical discoulse. Memory situares
rcmembra¡ce in a sacred context- History ferrets it out; it tums whatever it touches into prose. Memory
wells up fiom grcups t¡at it welds together. which is to say [-.. ] üat therc tm as many m€mories as
th€rE are grcups, that nemory is by nature multiple yet sf!€cifici col€ctive and plural yet individual.
By contrast, his¡ory b€long b everyone a¡d to no one a¡d the¡efore has a universal vocaúon. Memory
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