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Memoria ferroviaria - Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos

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14 18<br />

Estaciones<br />

estado <strong>de</strong> Tlaxcala. Más tar<strong>de</strong> se reveló contra el<br />

usurpador Huerta, y fue electo diputado al Congreso<br />

Constituyente <strong>de</strong> 1916-1917.<br />

Son turbulentos días <strong>de</strong> guerra. El maquinista<br />

ya ni siquiera sabe a qué grupo revolucionario lleva<br />

en <strong>los</strong> techos <strong>de</strong> <strong>los</strong> vagones ––a veces rurales,<br />

otros carrancistas, mañana zapatistas que cantan<br />

alegremente: “Ya se van <strong>los</strong> carrancistas / ya se van<br />

para Esperanza / porque vienen <strong>los</strong> zapatistas / y les<br />

picarán la panza”, y hay que andarse con cuidado<br />

porque al grito <strong>de</strong> ¡Viva Zapata! <strong>los</strong> vivales aprovechan<br />

la confusión para robar a <strong>los</strong> pasajeros sus petacas<br />

y bultos que traen consigo. Recuerda como una vez<br />

llevo a Apizaco al coronel Ignacio Flores comandando<br />

una po<strong>de</strong>rosa columna. Los trenes militares pujando,<br />

cuesta abajo <strong>de</strong> las montañas dan vueltas y vueltas<br />

por la vía que se retuerce por entre cañadas, túneles y<br />

precipicios con tropas y equipo militar en <strong>los</strong> vagones.<br />

Varias veces, en plena balacera, el maquinista era<br />

obligado a <strong>de</strong>tenerse para que la escolta bajara a<br />

entendérselas con <strong>los</strong> atacantes. Hay días que <strong>de</strong>bido<br />

a las “maquinas locas”, a las vías que son saboteadas,<br />

a <strong>los</strong> durmientes que se roban para ven<strong>de</strong>r<strong>los</strong>, apenas<br />

recorren penosamente diez kilómetros en un solo día.<br />

Eso le recuerda el refrán <strong>de</strong> que “El tren <strong>de</strong> Arganda,<br />

que pita más que anda”.<br />

Apizaco fue escenario <strong>de</strong> la Revolución. Entre 1910<br />

y 1912 la compañía ferrocarrilera contaba con <strong>los</strong><br />

conocimientos para componer con facilidad y rapi<strong>de</strong>z<br />

<strong>los</strong> años graves que las fracciones revolucionarias<br />

hacían a la infraestructura <strong>ferroviaria</strong>; ejemplo <strong>de</strong> ello<br />

será el relato <strong>de</strong>l general Francisco L. Urquizo, quien en<br />

su novela Tropa vieja, narra un viaje nada acci<strong>de</strong>ntado<br />

entre la ciudad <strong>de</strong> México a Veracruz realizado el 16 <strong>de</strong><br />

octubre <strong>de</strong> 1912 por el segundo y onceavo batallón,<br />

comandados por el Coronel Jiménez Castro y el<br />

Teniente Coronel Ocaranza, respectivamente, quienes<br />

iban con rumbo a Veracruz, para enfrentarse contra<br />

<strong>los</strong> sublevados <strong>de</strong>l 19º y 21º batallones, favorables<br />

a Félix Díaz. El texto es una crónica que narra <strong>los</strong><br />

sentimientos que experimenta un soldado <strong>de</strong> la bola<br />

mientras viaja por el tren que lo lleva a batallas que él<br />

no compren<strong>de</strong> ––antes enemigos ahora amigos–– y a<br />

la muerte latente:<br />

todos <strong>los</strong> preparativos <strong>de</strong>l viaje se<br />

hicieron <strong>de</strong> prisa, como en <strong>los</strong> buenos<br />

tiempos <strong>de</strong> campaña: las maletas <strong>de</strong><br />

lona, la caja <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra con equipaje <strong>de</strong><br />

mi jefe, el albardón, el caballo, las armas;<br />

todo listo en la estación <strong>de</strong>l Ferrocarril<br />

Mexicano, en Buenavista, para esperar<br />

el convoy <strong>de</strong>l Once que tenía que llegar a<br />

México <strong>de</strong> More<strong>los</strong>.<br />

A media tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l día 16 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1912, salimos <strong>de</strong> México.<br />

En un tren muy largo iba amontonada<br />

la tropa <strong>de</strong>l Once Batallón <strong>de</strong>l coronel<br />

Jiménez Castro y también la <strong>de</strong>l<br />

Segundo, <strong>de</strong>l teniente coronel Ocaranza;<br />

todos iban bien municiados; llevábamos<br />

ametralladoras y <strong>de</strong>cían que atrás <strong>de</strong><br />

nosotros iba a salir también artillería.<br />

Los <strong>de</strong>l Once llevaban uniformes <strong>de</strong><br />

kaki <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong> y en lugar <strong>de</strong>l chaco<br />

<strong>de</strong> cuero enfundado <strong>de</strong> blanco, <strong>los</strong> kepí<br />

<strong>de</strong> paño negro. Menos blanco para las<br />

balas; ¡cómo no se les ocurrió todo eso<br />

en la bola <strong>de</strong> 1910!<br />

Salimos por la Villa <strong>de</strong> Guadalupe.<br />

Los trenes iban <strong>de</strong> prisa con ór<strong>de</strong>nes<br />

<strong>de</strong> vía libre; ese día no había llegado ya<br />

a México el tren <strong>de</strong> Veracruz, pues <strong>los</strong><br />

pronunciados no lo habían <strong>de</strong>jado salir<br />

<strong>de</strong> allá.<br />

Sabía yo, por referencias, que el<br />

camino <strong>de</strong> México a Veracruz era<br />

precioso y por eso iba muy aguzado<br />

observando cuanto podía por <strong>los</strong> vidrios<br />

<strong>de</strong> las ventanillas.<br />

––A la mitad <strong>de</strong>l camino, ya para bajar<br />

a la tierra caliente, están las Cumbres <strong>de</strong><br />

Maltrata, fíjate bien ––me había dicho un<br />

compañero que ya conocía aquello.<br />

Seguramente íbamos a pasar <strong>de</strong><br />

noche por allí; mientras tanto, yo veía<br />

la orilla <strong>de</strong>l Lago <strong>de</strong> Texcoco como un<br />

espejo muy gran<strong>de</strong>, en trechos plateados<br />

y en trechos dorado por <strong>los</strong> rayos <strong>de</strong>l sol,<br />

que ya se acostaba allá a lo lejos. Los<br />

dos volcanes cubiertos <strong>de</strong> nieve, por el<br />

rumbo <strong>de</strong> Puebla; al otro lado <strong>de</strong> la vía,

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