Principios humanitarios y dilemas operacionales en zonas de guerra

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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
"ESTADOS DÉBILES"
Naturaleza del conflicto
La segunda categoría útil para analizar el contexto de la respuesta
humanitaria tiene que ver con el establecimiento de la naturaleza del
conflicto y por qué se necesita una respuesta humanitaria. Las instituciones
humanitarias funcionan dentro de una gran variedad de situaciones de
conflicto. Algunos conflictos son internacionales (por ejemplo, en la guerra
de Ogaden entre la ex Etiopía y Somalia o en la Guerra del Golfo). Otros son
internos (por ejemplo, entre las autoridades de Bagdad y los kurdos iraquíes
en el norte y los Shiitas en el sur). Algunos incluyen legalidades disputadas
que figuran en los conflictos (por ejemplo, una república servia
autodeclarada, o los palestinos en los territorios ocupados por Israel).
Campo de aplicación
Los conflictos también difieren en su campo de aplicación. Algunos están
localizados en una parte de un estado mientras que otros están en todo el
país. Además, otros son regionales en cuanto a sus implicaciones y
participación (por ejemplo, la revuelta civil en Liberia, que ha provocado un
flujo de refugiados notable en los países vecinos, o la guerra civil en Sri
Lanka, en la cual la India es una fuerza mayor).
En algunas situaciones se crean incidentes aislados contra miembros
individuales de grupos minoritarios que tal vez no han alcanzado el estado
de lucha abierta entre distintas facciones (por ejemplo, los abusos a los
derechos humanos en Timor Oriental). Otras se han deteriorado hasta el
punto en que las rivalidades étnicas han convulsionado países enteros (por
ejemplo, los azeris en Armenis o musulmanes en Bosnia).
Duración
Algunas guerras surgen una y otra vez (por ejemplo, en Ruanda y Burundi).
Otras se van consumiendo a un nivel constante durante décadas (por
ejemplo, en el Sudán). Algunas surgen de la noche a la mañana y casi sin
ninguna advertencia (por ejemplo en Croacia). Otras pululan por largo
tiempo y son tema de análisis académico y discusiones vagas sobre las
acciones políticas (por ejemplo, el caso de Guatemala y Myanmar).
La euforia producida por el fin de la guerra fría y el optimismo por la
llegada de la democratización, han dado lugar a una evaluación más realista
de la posibilidad de que continúe la violencia y que tal vez aumenten los
niveles de violencia. En lugares tales como Afganistán, Angola, Mozambique
y Somalia, los conflictos combustionados por rivalidades entre
superpotencias han desarrollado vidas propias. La lucha asfixiada durante
décadas a causa de la guerra fría, ha vuelto a aparecer en los balcanes y en
otras repúblicas de la ex Unión Soviética. En otros conflictos que no tienen
vínculos directos con las rivalidades occidente-oriente como es el caso del
Sudán, Liberia y Sri Lanka, las agitadas tensiones étnicas y religiosas
promueven nuevas revueltas.
Autoridad
En este nuevo período, los factores locales predominantes como las guerras
civiles ya no son tan fácilmente “internacionalizados” como peones en un
juego de ajedrez de superpotencias. Recientemente se está usando el término
“estados debilitados” para describir situaciones donde la fragmentación total