Caminos y horizontes curriculares para la educación técnica en Fe y ...

asados en contenidos teóricos y desactualizados, bajo una concepción de calificaciones con una
excesiva especialización en el oficio.
En cuanto a los ambientes de aprendizaje eran casi siempre las mismas aulas en las cuales se
impartían las materias académicas y generalmente se separaban los tiempos, fortaleciendo la
dicotomía que separaba la teoría de la práctica. Adicionalmente, no existían aulas apropiadas para la
formación trabajo, que tuviesen la dotación mínima requerida (Ramírez, 2011).
Esta situación traía como consecuencia que las personas que egresaban no contaran con las
herramientas necesarias para dar respuestas a los requerimientos del trabajo. De hecho, en Fe y
Alegría, los sondeos generales sobre la trayectoria de los egresados mostraban que el 30% de los
mismos seguían estudios superiores, el 20% trabajaba (la mayoría de ellos en el sector informal) y el
restante 50% ni estudiaba, ni trabajaba, según las cifras recogidas de los centros, San Javier del Valle
y la Rinconada, ya que las cuatro escuelas restantes en la experiencia, no tienen un seguimiento de
egresados.
En medio de este contexto, no era posible pasar por alto que para un porcentaje de nuestros alumnos,
la formación que se le brinda es la única oportunidad, en toda su vida, de adquirir los conocimientos
necesarios para convertirse en ciudadanos productivos y gestores eficientes de su desarrollo
individual, familiar y comunitario. Por ello, era necesario conformar una propuesta curricular distinta
que permitiera un adecuado desarrollo de la educación técnica.
Adicionalmente, los cambios producto de la globalización, el desarrollo tecnológico y las nuevas
exigencias a la fuerza laboral, agudizan esta situación que se traduce en definitiva, en una mayor
exclusión laboral de la población de los sectores más pobres, los niños y jóvenes de las comunidades
urbano-marginales y rurales del país. Desaparecen ocupaciones y van apareciendo otras nuevas y
para Fe y Alegría, esta situación demandaba respuestas en la línea de flexibilizar nuestros itinerarios
formativos y facilitar así la entrada y salida de nuestros sujetos, en los programas formales y no
formales. Estos retos y necesidades fueron los que quisimos abordar con la experiencia que iniciamos
en enero de 2009.
CONCEPCIONES QUE NOS GUIARON
DISEÑOS CURRICULARES BAJO EL ENFOQUE DE COMPETENCIAS LABORALES
La sociedad demanda una educación que permita a las personas la posibilidad de un trabajo digno y
productivo que posibilite calidad de vida; una educación que les facilite, además, las competencias
para adaptarse a los cambios laborales y la autogeneración de empleo. Esto supone una propuesta
educativa adaptable, amplia y relevante, con visión orientada hacia una mayor flexibilidad del
currículo y de la estructura educativa, que facilite la formación a lo largo de la vida.
Para lograr la inserción de los jóvenes en el mercado laboral, bien sea como empleados o en su
carácter de emprendedores autogestionarios, es necesario desarrollar en ellos las competencias y
habilidades que son requeridas de acuerdo a la especialidad y la mención de la cual egresen.
Según Moncada (2011) el modelo educativo basado en competencias conduce prácticas educativas
orientadas hacia la interdisciplinariedad, el trabajo grupal, el conocimiento aplicado a realidades
concretas y al papel del docente como coordinador y facilitador del aprendizaje y la participación
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