31.05.2013 Views

Sus más hermosos escritos. - CEADS

Sus más hermosos escritos. - CEADS

Sus más hermosos escritos. - CEADS

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

FEE <strong>Sus</strong> <strong>más</strong> <strong>hermosos</strong> <strong>escritos</strong> Amalia Domingo Soler<br />

Lo repetimos; la perseverancia empleada en el estudio es útil siempre, y aplicada al<br />

espiritismo reporta al alma un bien inapreciable; porque el progreso que alcanza le sirve<br />

para penetrar en mundos regenerados, de los cuales el espíritu constante está separado<br />

por millones y millones de siglos; la constancia en querer progresar, le acorta el camino<br />

y le presenta panoramas espléndidos que el hombre de la tierra ni en sus sueños <strong>más</strong><br />

<strong>hermosos</strong> llega a ver ja<strong>más</strong>.<br />

Seamos, pues, constantes en nuestro trabajo; y nuestra constancia nos llevará a las<br />

regiones felices donde el amor es una ley, y la ciencia <strong>más</strong> profunda el conocimiento<br />

general de todos los seres.<br />

Donde no hay hombres ingratos ni almas ignorantes; donde se adora la naturaleza y el<br />

bien propio y ajeno.<br />

LOS NIÑOS POBRES<br />

¿Hemos mendigado nuestro sustento en nuestras pasadas encarnaciones? ¿Tendremos<br />

que implorar la caridad pública en nuestras sucesivas existencias? ¿Recordamos, o<br />

presentimos? ¿Contemplamos nuestro pasado, o adivinamos nuestro porvenir? ¿Por qué<br />

miramos con tanto afán a los niños pobres? ¿Por qué espiamos sus sonrisas, atendemos<br />

a sus conversaciones, y nos interesan tan íntimamente los <strong>más</strong> leves detalles de su vida?<br />

Este vivísimo sentimiento de profundísima compasión debe obedecer a una causa,<br />

debe tener su razón de ser; porque son muchos los cuadros tristes que vemos en el<br />

mundo, y ninguno nos interesa tanto como los niños harapientos que piden una limosna<br />

tristemente.<br />

Muy doloroso es ver a un anciano temblando por el frío de los años y abrumado por<br />

el enorme peso de sus desventuras: bien podíamos conmovernos; y, sin embargo,<br />

confesamos ingenuamente nuestra debilidad, los niños pobres son los que <strong>más</strong> nos<br />

atraen; sentimos por ellos algo que no podemos explicar ni definir.<br />

En la infancia, todo es bello: nos agrada mirar a los niños ricos, pero los miramos<br />

como a una colección de figuras bonitas; nos place su gentileza, el precioso adorno de<br />

sus lindos vestidos, pero no tratamos de leer en sus ojos la historia palpitante de su<br />

alma. En cambio, los niños pobres son para nosotros libros de estudio que hacen brotar<br />

en nuestra mente todo un mundo de consideraciones filosóficas.<br />

Conocemos a un pobre ciego que tiene tres hijas: de la una nos hemos ocupado<br />

extensamente en un artículo que hace tiempo le dedicamos, titulado ¡Amparo!; después<br />

conocimos a la hija mayor, pálida niña que cuenta ocho años, y últimamente hemos<br />

conocido a la <strong>más</strong> pequeña, que hace dos primaveras que está en este mundo. Dolores se<br />

llama, "dolores" revelan sus <strong>hermosos</strong> ojos, y dolores sin duda, ha venido a buscar en la<br />

tierra.<br />

Regresábamos una noche a nuestra casa, y el viento huracanado levantaba una densa<br />

nube de impalpable polvo. Un niño se puso ante nosotros diciéndonos con dulce acento:<br />

-Deme usted una limosna para el padre de Amparo.<br />

Miramos al niño y exclamamos: -¿Qué dices, muchacho?<br />

-Yo a usted, la conozco -replicó el niño sonriendo-. Es usted, la señora que le da<br />

muchos besos a mi prima Amparo; y mire usted, aquí está su padre.<br />

Efectivamente, el pobre ciego estaba parado junto a una esquina, le hablamos, y al<br />

momento nos conoció, y nos dijo:<br />

-Mire usted, es mi Dolores-. Y nos presenta una hermosa niña que tenía en brazos. Es<br />

muy parecida a Amparo, y con gracioso abandono reclinaba su cabeza en el hombro del<br />

www.espiritismo.cc<br />

10<br />

10

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!