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FEE <strong>Sus</strong> <strong>más</strong> <strong>hermosos</strong> <strong>escritos</strong> Amalia Domingo Soler<br />
infantiles compañeras.<br />
Carolina era uno de esos seres afectuosos por excelencia. Conoció a una jovencita, la<br />
trató poco tiempo, y le tomó tanto cariño, que aunque la joven se fue a otra población, la<br />
niña siempre la recordaba y pedía ir a verla: era una de esas almas, muy raras en la<br />
tierra, que no saben olvidar.<br />
Una mañana, conoció su madre que a la niña le faltaba aire para respirar; la pobre<br />
mujer, aterrada, vio un abismo abierto a sus pies, y corriendo como una loca fue a<br />
pedirle a un hombre sabio la vida de su hija. El médico acudió solícito, y tembló;<br />
conoció que su ciencia era impotente, y no supo qué decir a aquella madre desesperada,<br />
que exclamaba con acento delirante:<br />
-¡Salvad! ¡Salvad a mi hija! ¡Yo no quiero que se vaya! ¡Qué haré en el mundo sin<br />
ella! - Pero la niña se agravó, sin perder por eso el conocimiento; miraba y besaba a su<br />
madre con tierna efusión, y por último le dijo: "Quiero pan, ¡madre mía!" Trajeron lo<br />
que la enferma deseaba, y Carolina, al ver que su hermano le traía lo que con tanto afán<br />
había pedido, se sonrió amorosamente, partió el pan en dos mitades, y con tierna mirada<br />
le ofreció a su hermano un pedacito del último manjar que tomaba en la tierra. Y<br />
llamando cariñosamente a su madre, exclamó: "¡Quiero dormir contigo!"<br />
Carolina tenía la costumbre, siempre que sentía sueño, de decir a su madre:<br />
"Vámonos a dormir"; y cuando la niña moribunda se encontró reclinada en el seno<br />
materno, repitió la misma frase.<br />
A la pobre mujer le horrorizó aquel deseo, porque comprendió que su hija se dormiría<br />
con el sueño de la muerte.<br />
Así fue... Carolina cerró sus <strong>hermosos</strong> ojos, para despertar en el espacio ¡Pobre<br />
madre!<br />
¡Ninguna esperanza sonríe en aquel pensamiento sombrío!<br />
¡Ninguna creencia se alberga en aquella imaginación, exaltada por el dolor <strong>más</strong><br />
horrible de la vida!<br />
Quisiera ver por última vez a Carolina, y ¡qué cuadro tan desgarrador se presentó a<br />
nuestros ojos!<br />
Sobre un níveo lecho estaba reclinada la niña, vestida con un traje blanco adornado<br />
con lazos de color de cielo. Su graciosa sonrisa se dibujaba aún en sus pálidos labios; y<br />
parecía que reposaba soñando con su madre.<br />
Ésta, de pie junto a ella, la miraba de hito a hito, y nos decía con voz entrecortada:<br />
-¡Parece un sueño! ¡A mi hija la deben haber envenenado! - Y la pobre mujer lanzaba<br />
en torno suyo una mirada amenazadora, buscando al enemigo invisible que le arrebataba<br />
su felicidad. Después, con voz dulce, nos contó todo cuanto su hija le había dicho antes<br />
de dormirse; y nosotros murmurábamos por lo bajo: "¡Pobre madre!" La angustia de<br />
aquella infeliz penetraba en nuestra mente como plomo derretido, y parecía que nos<br />
quemaba el cerebro, y sin dirigirle una palabra de consuelo, le dijimos:<br />
-Sí, sí; llore usted mucho, ¡llore!... ¡Porque a la tierra no se viene <strong>más</strong> que a llorar!<br />
Y aturdidos, abrumados con tan amargas sensaciones, espantados de ver aquel<br />
terrible sufrimiento, cuando nos vimos solos en la calle lloramos con profundo<br />
desconsuelo.<br />
No conociendo el espiritismo, ¡cuánto debería sufrir aquella pobre mujer,<br />
contemplando a su hija muerta!<br />
¡Es tan triste ver a un niño dormido con ese sueño al parecer eterno!<br />
¡Tanta vida! ¡Tanto movimiento! ¡Tanta actividad! ¡Todo reducido a un cuerpo<br />
inmóvil! ¡A un silencio aterrador! ¡Pobre madre!...<br />
En cuanto a Carolina, ¡dichosa ella! Espíritu activa, amante del progreso, expresivo,<br />
cariñoso, muy cariñoso, ¡cuánto hubiera sufrido!<br />
¡Pobre niña!, hoy se ha dormido en los brazos de su madre, y dentro de algunos años,<br />
¡quién sabe dónde hubiera reclinado su cabeza para morir!...<br />
De pronto, mientras la contemplábamos, así que estuvimos un buen rato mirándola,<br />
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