Al_Trote_07

náticos del country. Me gusta desde
Atahualpa Yupanqui hasta el violero
de Marilyn Manson. Y el sonido es el
de mi guitarra de siempre, con la que
vengo tocando y grabando desde el
año 98.
- Le diste clase de guitarra a media
ciudad de La Plata...
- Lo bueno es que muchos todavía
tocan. También como profe tenés
que ser profesional y darle al alumno
todo el tiempo del mundo. Porque
la motivación que tiene la persona
para acercarse al arte tal vez no sea
llegar a ser profesional. La gente viene
a aprender guitarra por infinidad
de motivos. Capaz que les importa
más el camino que la meta en sí.
- En el fútbol se habla mucho de
“códigos”, ¿qué pasa en el rock?
- Hay gente buena y gente pedorra.
A mí me gusta más la onda del under
que la de los grandes eventos, en
donde terminás por no cruzarte con
nadie. Igualmente hay de todo: una
vez tocando en la costa presté la viola
al guitarrista de otra banda, y me
la devolvió con dos cuerdas menos y
manchada de sangre (risas).
- También el under tiene sus cositas...
- A mi me molesta que no se respeten
los horarios, porque está esa onda
de que tenés que ser un volado que
llega a cualquier hora. Cuando fui a
ver a Joe Satriani, salió a tocar a las
ocho y media de la noche; a esa hora
un músico está con todas las luces
prendidas. Porque cuanto más tarde
empezás, peor va a ser tu show.
- ¿Los boliches se aprovechan de
las bandas nuevas que quieren
tocar?
- Desde hace mucho las bandas que
recién empiezan tranzan con el bolichero,
al que le tienen que rendir 30
entradas porque sí. Y tenés que pagarle
el sonido, que encima es una
cagada. El tipo se asegura 300 o 400
mangos por banda, porque puso dos
cajitas de morondanga. La posta es
que los boliches ganan con la barra y
no necesitan sacarle plata a la banda.
Tienen que darte el sonido y pagar
SADAIC. No pueden cobrarte por tocar
para asegurarse el billete.
- ¿Últimamente hay más conciencia
sobre esos derechos?
- Sí. Y tiene que ver con este gobierno
también, con los últimos diez años.
En ese sentido hubo una apertura.
Antes había una protesta y salían los
balazos de goma. Hoy si uno quiere,
se puede mover y organizar. Hay,
todo el tiempo, eventos en lugares
públicos que contienen a organizaciones
independientes. Y mucha más
conciencia crítica.
- ¿Y en lo relacionado a la economía?
- Los costos para comprar cosas de
afuera subieron mucho. Pero tiene la
contrapartida de que se fomenta la
fabricación nacional. Hay gente que
se está dando mucha maña para la
construcción y está produciendo en
la rama electrónica: guitarras, pedales,
equipos de muy buena calidad.
Yo confío en los técnicos argentinos.
Acá hay gente muy creativa y muy
capaz.
- ¿Te parece bien que los artistas
tomen una postura política?
- El artista argentino se tiene que
comprometer con su tiempo, y estar
a la vanguardia del reclamo social.
Acá la industria musical está manejada
por cuatro tipos que deciden,
desde Buenos Aires, quien “la pega”.
Yo siempre escuché gente jugada en
cuanto al mensaje, como León Gieco.
Y me gustó ver que Ciro Martínez
haga subir a sus shows a los excombatientes
de Malvinas y les componga
un tema. No me pondría la remera
del Che ni la del martillo y la hoz,
pero porque creo en un capitalismo
con intervención estatal. No me va la
hipocresía del artista panfletero.
- ¿Las corporaciones atentan contra
la calidad artística?
- Sí, y pocas bandas logran que su
evolución musical siga teniendo frescura.
La industria cultural busca permanecer
en el estado de comodidad.
Por eso muchas veces el producto
que se ofrece es igual al de los años
anteriores. Porque se empezaron a
llenar de guita con la formulita de la
gallina de los huevos de oro.
- ¿Qué opinás del circuito libre por
Internet?
- Es el sistema más democrático que
existe. Hoy cualquiera puede sonar
bien en una grabación, pero lo que
realmente vale es el sonido en vivo,
y “tocado por seres humanos”, como
dijo Pappo. El CD pasó a ser un regalo
empresarial. En todo caso, si a
la gente le gusta lo que hacés, te irá
a ver. Y si das buenos shows puede
que te compren el disco porque saben
que vivís de eso.
- ¿Qué equipo sería Ovejero?
- Sería Estudiantes o un equipo de
Mouriño. Al no ser un virtuoso, a mí
me gusta más pensar en el equipo,
porque la onda de compartir potencia
a la banda. Si tuviera una posición en
el campo de juego no sería delantero,
digamos que jugaría de cinco.
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