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14 metros en la que el jugador es encerrado.
Una vez adentro, al usuario
se le arrojan balones de ocho máquinas
diferentes, teniendo que encontrar
uno de los 72 paneles (iluminados
por una luz verde parpadeante)
que componen el artefacto de la era
espacial antes de recibir otro balón.
Según la página web del equipo
alemán, se espera que el Footbonaut
“ayude a los futbolistas a mejorar su
respuesta en el espacio y visión periférica”,
expectativa que, según quienes
fueron sometidos al entrenamiento
intensivo de la máquina, está
más que cumplida. Claro está que
la revitalización del entrenamiento
del pase llega de la mano del triunfo
del fútbol de posesión y juego a
un toque, estilo elegante que había
entrado en desuso. Los éxitos de
Barcelona y de la selección española
modificaron (y reacondicionaron) el
paradigma del jugador moderno, valorando
más a los Busquets que a los
Ronaldinhos, la eterna y malsana antinomia
de diferenciar los jugadores
cerebrales de los habilidosos.
Así lo entendió el Borussia, que
suscribió a las ideas del equipo catalán
pero no a sus formas más tradicionalistas.
En el conjunto alemán
entendieron que el Footbonaut podría
significar un entrenamiento más
intenso con resultados muy rápidos,
y sin destinar el presupuesto que
gasta el Barsa en el mantenimiento
de La Masía. Los resultados están a la
vista: El Dortmund ganó con solvencia
las últimas dos Bundesligas, aun-
De la computadora a la cancha: Un Gran DT real
El del Footbonaut no es el único caso en donde la modernidad
ha influido en el desarrollo del fútbol. Vugar Huseynzade,
un estudiante sueco de 21 años, estaba en su casa cuando
recibió un llamado inesperado. La comunicación procedía de
Azerbaiyán, el país más grande de la región del Cáucaso, más
precisamente del club FK Bakú, de la Premier League de fútbol
de aquel país. Conversando en inglés, idioma que Huseynzade
domina desde su época como estudiante de intercambio en
EE.UU., los dirigentes del Baku le expresaron al bueno de Vugar
que había sido elegido por sobre Jean Pierre Papin (figura
francesa que disputó el mundial 86) para encaminar los rumbos
del equipo en el próximo semestre.
¿Cuáles fueron los méritos del joven sueco para que le ofrezcan
la dirección técnica de un equipo? Al parecer, Huseynzade
es un crack del juego Football Manager, un simulador complejo
de fútbol que permite la gestión y administración de plantillas
de varias ligas en el mundo. Haciendo las veces de un Manager,
rol que ocupan los entrenadores en Inglaterra, el FM permite
no sólo la gestión del primer equipo, su táctica y entrenamiento,
sino también del plantel de reserva e incluso de las divisiones
inferiores, con una minuciosa investigación que arroja nombres
reales de jugadores que todavía desconocemos.
Huseynzade, quien había clasificado vía online al Baku a la
Champions League Asiática, ahora tiene la difícil tarea de enderezar
el rumbo de un equipo que está estancado en la mitad
de la tabla de la Premier League Azarí, certamen donde juega el
argentino (ex Vélez) Juan Manuel Varea. Su llegada no significó
mucho impacto para los jugadores. Al fin y al cabo, el fútbol allá
se vive como un juego.
que con una característica particular
en su juego: el contragolpe. Las estadísticas
de posesión de pelota del
equipo de Klopp indican que tiene la
pelota mucho menos que sus rivales
de turno. ¿Fracaso del Footbonaut?
Para nada.
Por iniciativa del propio Klopp,
uno de los entrenadores más excéntricos
de Europa, sus equipos
desarrollan un fútbol de espectáculo
para los espectadores. Por eso, los
partidos del Borussia Dortmund se
vuelven atractivos, porque hay paridad
en la posesión. Eso sí, cuando
los rivales de turno pierden la pelota,
el conjunto amarillo se vuelve explosivo
y ataca en bloque, con muchos
hombres. Verticalidad pura. Sobran
los primeros toques y las combinaciones
ofensivas hasta encontrar el
gol, acaso el objetivo del Footbonaut
en su búsqueda de mejorar la respuesta.
Para los futbolistas del equipo
alemán, el Footbonaut es una bendición.
“Es como si estuvieras rodeado
por diez colegas que sólo están
allí para darte pelotas”, dijo el joven
australiano del Dortmund, Mustafa
Amini, después de una sesión dentro
de la jaula. “En el transcurso del
entrenamiento normal ese nivel de
intensidad no era posible. El Footbonaut
te permite trabajar en cualquier
debilidad y te asegura que juegues
al ritmo pero con precisión” dice Klopp,
quien afirma además: “Demanda
habilidades precisas utilizadas a una
velocidad en un ambiente físicamente
duro. ¡Es todo un paquete!”.
Hoy por hoy, Guttler asegura que
son varios los gigantes europeos y
asiáticos que se han mostrado interesados
en adquirir su producto,
que por ahora tiene el sello de exclusividad
alemana. La seducción
asoma lógica: Más allá de los éxitos
deportivos, el Dortmund vendió en
las últimas dos temporadas por un
valor de 25 millones de euros a Shinji
Kagawa (Manchester United) y Nuri
Sahín (Real Madrid), dos productos
genuinos del Footbonaut. Cifras que
superan, en forma holgada, lo invertido
en la novedosa máquina.
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