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equiere. 8 En rigor, el clientelismo político es una relación en la cual un individuo <strong>de</strong><br />
estatus más elevado (patrón) usa su influencia y recursos para proveer <strong>de</strong> protección y/o<br />
beneficios, a una persona <strong>de</strong> un estatus menor (cliente), quien, por su parte, obra<br />
recíprocamente ofreciendo apoyo general, asistencia, servicios personales y lealtad a su<br />
patrón. Los arreglos clientelares están construidos sobre transacciones asimétricas aunque<br />
mutuamente beneficiosas y abiertas, basadas en el control diferencial que los actores tienen<br />
sobre el acceso y el flujo <strong>de</strong> recursos en una sociedad. 9<br />
El fenómeno <strong>de</strong>l clientelismo político no es nuevo. En la sociedad tradicional las<br />
relaciones entre clientelas constituían parte esencial <strong>de</strong>l universo cotidiano 10 . Quien da<br />
cuenta <strong>de</strong>l trayecto histórico <strong>de</strong>l clientelismo, Ayse Gunes-Ayata, <strong>de</strong>staca que en términos<br />
generales, el pronóstico era que todo tipo <strong>de</strong> relación patrón-cliente sería reemplazada por<br />
formas “mo<strong>de</strong>rnas” <strong>de</strong> participación. 11 Así, a mediados <strong>de</strong>l siglo pasado surgieron dos<br />
enfoques teóricos opuestos. Por un lado, estaban quienes encontraban que el clientelismo<br />
político podía ser interpretado como un medio <strong>de</strong> avance en el <strong>de</strong>sarrollo político, en tanto<br />
que el mismo permitía conectar a<strong>de</strong>cuadamente al centro con la periferia. 12 En<br />
contraposición con este enfoque que rescata los aspectos positivos <strong>de</strong>l clientelismo, estaban<br />
quienes encontraban que estas prácticas eran dañinas a los propósitos <strong>de</strong> implementar una<br />
<strong>de</strong>mocracia regida según principios universalistas. 13<br />
El clientelismo ha ido cambiando. Aunque con variaciones <strong>de</strong> mayor o menor<br />
intensidad según el caso, la utilización <strong>de</strong> mecanismos clientelares <strong>de</strong> diversa naturaleza<br />
dista <strong>de</strong> ser una cuestión propia <strong>de</strong>l pasado como algunos suponían. Quienes pronosticaban<br />
la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> prácticas una vez que el mercado penetrara profundamente la<br />
vida <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s y el sistema <strong>de</strong>mocrático fuese una realidad han encontrado que sus<br />
presunciones resultaron fallidas. Por lo tanto, la pregunta <strong>de</strong> Gunes-Ayata: ¿cómo y por qué<br />
el clientelismo coexiste con otras formas mo<strong>de</strong>rnas? persiste y continua teniendo sentido<br />
intentar brindarle una respuesta. 14<br />
8 La cuestión <strong>de</strong> la legitimidad <strong>de</strong> la dominación política, originaria <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> Max Weber, no pue<strong>de</strong><br />
ser <strong>de</strong>jada a un lado a la hora <strong>de</strong> buscar re-construir el lazo clientelar. Para que el mismo sea efectivo es<br />
condición sine qua non que éste sea percibido como legítimo por aquellos que recibirán los favores y<br />
obe<strong>de</strong>cerán, los clientes. La legitimidad es necesaria, más allá <strong>de</strong> los fundamentos en los que se base, para que<br />
el clientelismo pueda ser un mecanismo político efectivo. Como ya señalaba Weber, “<strong>de</strong> acuerdo con la<br />
experiencia ninguna dominación se contenta voluntariamente con tener como probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su<br />
persistencia motivos puramente materiales, afectivos o racionales con arreglo a valores. Antes bien, todas<br />
procuran <strong>de</strong>spertar y fomentar la creencia en su ‘legitimidad’ ”. Weber, Max, 1996. Economía y <strong>Sociedad</strong>,<br />
FCE, México, p. 170.<br />
9 Farinetti, Marina, “Clientelismo y protesta: cuando los clientes se rebelan”, Apuntes <strong>de</strong> investigación,<br />
noviembre, 1998, año II, núm.-2/3, p. 86.<br />
10 Bobbio, Norberto y Matteucci, Nicola, 1985, Diccionario <strong>de</strong> política, Siglo XXI editores, México, Tomo I,<br />
pp. 271-274.<br />
11 Günes-Ayata, Ayse, “Clientelismo: premo<strong>de</strong>rno, mo<strong>de</strong>rno, posmo<strong>de</strong>rno”, en Javier Auyero (comp.),<br />
¿Favores por Votos?, Editorial Losada, Buenos Aires, 1997, pp. 41-63.<br />
12 Dentro <strong>de</strong> esta línea se ubican los trabajos <strong>de</strong> Boissevain (1966), Powell (1970), Weingrod (1968, 1977),<br />
Silverman (1970), y Cristina Escobar (1997).<br />
13 Como muestra <strong>de</strong> este enfoque véase Lemarchand y Legg (1971), Zuckerman (1977), Barnes y Sani (1974),<br />
y Schnei<strong>de</strong>r y otros (1972).<br />
14 Ayse Günes-Ayata, op. cit., p. 46.<br />
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