Tomo II.PDF - El Mundo Bíblico
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6Z HISTORIA DEL PENSAMIENTO CRISTIANO, <strong>Tomo</strong> 11<br />
los ingratos 28 -es decir, los «sin gracia»-y en el tratado De la vocación<br />
de todas las gentes,29 que la mayoría de los eruditos le atribuye. 30<br />
Sin embargo, la propia defensa de Próspero muestra cierta tendencia<br />
a suavizar las doctrinas más extremas de Agustín.31<br />
Fiel al principio (aproximadamente hasta el año 432), Próspero,<br />
bajo los golpes de los ataques semipelagianos, abandona la voluntad<br />
salvífica restringida y la predestinación al infierno antes de la<br />
previsión de la culpa (años 432-435). Después, bajo la influencia<br />
de Roma ... separa la predestinación incondicional y llega hasta a<br />
componer una obra, el tratado De la vOCilción de todas las gentes, a<br />
favor del universalismo.<br />
Así, pues, desde el día después de la muerte de' San Agustín<br />
tiene lugar un distanciamento de su doctrina, y este distanciamiento<br />
será consagrado por el concilio de Orange (529). Por tanto,<br />
se puede decir sin exagerar que nunca en toda su historia ... la<br />
Iglesia ha adoptado la doctrina integral del Doctor de la Gracia. 32<br />
Ese sínodo reunido en Orange en el año 529 se toma generalmente<br />
como el fin de la controversia semipelagiana, aunque no faltan pruebas<br />
de que el semipelagianismo continuó teniendo adherentes aun después<br />
de esa fecha. En todo caso, no cabe duda de que el sínodo de Orange,<br />
al mismo tiempo que condenó el pelagianismo y algunas de las proposiciones<br />
de los semipelagianos, adoptó una versión moderada del<br />
agustinianismo. Los cánones de Orange, tomados en su mayoría de las<br />
obras de Agustín y Próspero,33 fueron el filtro a través del cual la Edad<br />
Media bebió de las aguas agustinianas.<br />
28 PL., LI, 91-148. Hay una traducción inglesa que no hemos tenido a la mano, por Ch.<br />
T. Huegelmeyer (Washington, 1962).<br />
29 PL, 647-722; traducción inglesa: ACW, XIV.<br />
30 Véase ACW, XIV, pp. 6-9.<br />
31 Tal es la tesis de M. Cappuyns, «Le premier représentant de l'augustinisme médiéval:<br />
Prosper d' Aquitaine», RThAM, 1(1929), pp. 309-337, quien muestra que, con el correr<br />
de los años, Próspero fue abandonando varias de las tesis extremas del agustinismo.<br />
A esta interpretación se opone L. Pelland, Prosperi Aquitani doctrina de pracdestinatione<br />
et voluntate Dei salvifICa. De ejus in augustinismum inJluxu (Montréal, 1936). La obra de<br />
Pelland, empero, no parece responder adecuadamente a la cuestión, sino que trata<br />
más bien de coordinar la doctrina de Agustín con la de Próspero recurriendo a<br />
distindones posteriores y totalmente extrañas al pensamiento de ambos teólogos.<br />
Véase también R. Lorenz, «Das Augustinismus Prospers von Aquitanien», Zsch<br />
Kgesch, 73 (1962),217-52.<br />
32 M. Cappuyns, en Bullctin de Théologic Ancicnneet Médiémle, 1. (1929-1932), NO 216.<br />
33 Véase M. Cappuyns, «L'origine des 'Capitula' d'Orange, 529», RThAM, VI (1934), pp.<br />
LA ERA DE LOS EPIGONOS 63<br />
En Orange se declaró que la caída de Adán corrompió a todo el<br />
género humano,34 el cual no recibe la gracia de Dios porque la pide,<br />
sino viceversa.35 <strong>El</strong> punto de partida de la fe -initium fidei- no<br />
corresponde a la naturaleza humana, sino a la gracia de Dios.36 <strong>El</strong> libre<br />
albedrío por sí solo es incapaz de llevar a. persona alguna a la gracia del<br />
bautismo,37 ya que ese mismo libre albedrío, que ha sido corrompido<br />
por el pecado, solo puede ser restaurado por la gracia del bautismo.38<br />
Adán abandonó su estado original por su propia iniquidad; los fieles<br />
dejan su estado de iniquidad por la gracia de Dios.39 La fortaleza<br />
cristiana no se basa en la voluntad de nuestro albedrío, sino en el<br />
Espíritu Santo, que nos es dado.40 La gracia no se basa en mérito<br />
alguno,41 y solo por ella el humano es capaz de hacer el bien,42 pues<br />
todo lo que tiene aparte de ella es miseria y pecado.43<br />
Por otra parte, esto no quiere decir que persona alguna haya sido<br />
predestinada para el mal, doctrina ésta que el sínodo anatematiza. Por<br />
el contrario, todos los bautizados, con la ayuda de Cristo, pueden llegar<br />
a la salvación.44<br />
No sería justo decir ni dar la impresión de que el sínodo de Orange<br />
constituyó un triunfo para el semipelagianismo, ya que doctrinas tales<br />
como la del carácter humano del initium fidei fueron categóricamente<br />
rechazadas.45<br />
121-142. En todo este proceso, Fulgencio de Ruspe y Cesáreo de Arlés contribuyeron<br />
grandemente al triunfo del agustinismo. Cesáreo fue quien preparó y dirigió el<br />
camino tomado por el sínodo de Orange. Su peflsamiento es típicamente agustiniano.<br />
Aunque las Iimitadones del espado no nos penniten estudiarlo aquí, debemos<br />
señalar que Cesáreo afinna la virginidad perpetua y quizá también la inmaculada<br />
concepción de María. «La virgen María, quien fue siempre virgen antes y después<br />
del parto, y quien pennaneció sin contagio ni mancha de pecado» (Sermo CCXLIX;<br />
PL, XXXIX,.2195). La obra clásica sobre Cesáreo es la de A. Malnory, Saint Césaire<br />
év2que d'Arles (503-543), obra publicada originalmente en el 1894, pero reimpresa en<br />
fecha más redente (Ginebra, 1978).<br />
34 Canon 2 (Denzinger, 86).<br />
35 Canon 3 (lbid.)<br />
36 Canon 5 (lbid., 86-87).<br />
37 Canon 8 (lbid., 87-88).<br />
38 Canon 13 (lb id., 88)<br />
39 Canon 15 (lbid., 89).<br />
40 Canon 17 (lbid.).<br />
41 Canon 18 (lbid.).<br />
42 Canon 20 (lb id, 89-90).<br />
43 Canon 22 (lbid., 90).<br />
44 Pars m, De praedestinatione (lbid., 92).<br />
45 J. P. Redding, The InJluence 01 Saint Augustine on the Doctrine 01 the 11 Council olOrange<br />
Concerning Original Sin (Washington, 1939).