CONCURSO LITERARIO - Museo dell'Emigrante
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teníamos que trabajar. Era invierno, no recuerdo bien que verduras había, lo que sí<br />
recuerdo que todos los días sacábamos zanahorias y había que lavarlas en una<br />
acequia, el agua estaba helada. ¡Que frío hacía.! Al rato nos poníamos a llorar, para el<br />
colmo usábamos pantalones cortos. Después había que ir al mercado, y el que iba era<br />
Mario, con el poco de verduras que habíamos cosechado. Nos llevaba a uno de<br />
nosotros y nos nos teníamos que levantar a las 2 ó 3 de la madrugada para ir a vender.<br />
Hacían unos fríos que cuando llegabamos a B° Los Granaderos y la calle Solsado<br />
Ruíz nos bajábamos e ibámos corriendo hasta la cárcel y allí volvíamos a subir hasta<br />
el mercado; así todos los días. Cuando llegaba la hora de comer hacíamos en las tazas<br />
que teníamos para el mate cocido.<br />
Después de unos días la tía Rosa nos dio unos platos. Así eran todos los<br />
días. Fue muy feo esos momentos que pasamos nosotros tres. Ahí es cuando te<br />
acuerdas de la mamá y del papá, que tanta falta nos hacían. Pero nosotros<br />
pensábamos en mi papá, quese iba a curar pronto y nos iba a ir bien. Por fin llegó el<br />
día en que mis padres y mis otros hermanos se iban a cambiar de casa. Nos fuimos<br />
con un carro que teníamos. Al otro día tuvimos que cargar las cosas; a mí me<br />
mandaron a la escuela para que fuera a despedirme de mis compañeros, cuando fui<br />
justo en ese momento estaban en el recreo y le conté a varios chicos que no iba a ir<br />
más a clases porque nos mudábamos a otra casa, cuando tuve que contarle a la<br />
Maestra me puse a llorar de la emoción y salí corriendo sin decirle nada. Era el mes<br />
de Junio yo iba a tercer grado y tenía 10 años, nunca más volví a la escuela.<br />
Ese día salimos después delas doce del mediodía, allí estaba Doña<br />
Angélica que se abrazaban y lloraban con la Nona. ¡Qué buena vecina era, como nos<br />
quería!.<br />
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