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CONCURSO LITERARIO - Museo dell'Emigrante

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Ivana la quinta de la que te estoy contando es dónde vivimos casi toda la<br />

vida, en el KM 8.<br />

Todos estábamos bien de salud a Dios gracia. Cuando fuimos a vivir al 8<br />

ya conocíamos a todos los vecinos, allí eran casi todos parientes, había más o menos<br />

entre sers o siete ranchos de paja que todos eran de apellido López, pariente de los<br />

Verdini. También había tres o cuatro casas, eran las de los Tulían. En nuestra quinta<br />

trabajaban 3 López, el sapo que así le decían y algún Tulián, para esa época éramos<br />

unos de los quinteros más nombrados de la zona, nos superaban los del bajo, pero<br />

alguna vez estuvimos mejor que ellos. A tu nono, no sabes como lo respetaban, a<br />

dónde iba lo conocían, en ek mercado lo trataban de Don Antonio con todo respeto y<br />

en los negocios él era amigo de todos.<br />

Al mercado iban papá y Mingo, alguna que otra vez iba Yo, porque con el<br />

tíoMario nos quedabámos trabajandos en la quinta con los peones y así era siempre.<br />

Los domingos nos íbamos a jugar al fútbol a la casa de Mataloni o a<br />

cualquier otro lugar, la cosa era jugar. Ivana hay cosas que se me han ido de la mente,<br />

a lo mejor las repito sin darme cuenta, y otras cosas que no recuerdo, que después me<br />

vienen a la mante.<br />

De acá en adelante creo mejorar, si te parece bien sigo, porque ahora<br />

comienza la segunda parte, que es cuando ya somos grandes.<br />

Antes de pasar a otro capítulo, te voy a contar de una travesura que me<br />

acordé. Esa noche no teníamos frutas. Era la puesta del sol, había llovido mucho,<br />

pero quedaban unos nubarrones y ya se venía la noche. Nosotros conocíamos bien la<br />

quintas de frutas, al igual que los dueños sabíamos dónde estaban las plantas con las<br />

frutas maduras. Mingo y Yo salimos en busca de las frutas, a los cinco minutos<br />

estábamos cortando duraznos. Las quintas eran de Tomacini y Mataloni, pero la<br />

peonada y algunos vecinos le sacaban las frutas. Tomacini cuando comenzó a ver que<br />

le faltaban duraznos, había dicho que iba a cuidarla él, al que encontrara robándole<br />

los duraznos le iba a tirar un tiro con el revolver. Esa tarde oscurito nos metimos y<br />

empezamos a cortar duraznos, cuando de repente sentimos que venía un tipo<br />

silbando. Mingo y Yo estábamos arriba de una planta; no sabíamos que hacer para no<br />

hacer ruido, y el tipo seguía silbando, cada vez estaba más cerca, sabíamos que era<br />

Tomacini, pasó por debajo de la planta en que estábamos nosotros y seguía silbando,<br />

que julepe. Nos quedamos unos cincominutos arriba sin respirar, nos bajamos y a los<br />

dos minutos estábamos en casa, que susto nos dimos. Macanas como estas hacíamos<br />

varias, creo que era la edad.<br />

El jovi nuestro era ir en verano a bañarnos en los arranques, era dónde<br />

llegaba el canal Maestro, allí había unas compuertas enormes dónde se dividía el<br />

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