CONCURSO LITERARIO - Museo dell'Emigrante
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Capítulo IV<br />
MI JUVENTUD.<br />
Los domingos se llenaba de gente en los arrenques, se iban a bañar, había<br />
tipos que se largaban de arriba de las plantas a varios metros de altura, Yo los miraba<br />
y me decía para mis adentros, que lindo se tiran. Un fin de semana estaba lleno de<br />
gente, algunos se tiraban y Yo miraba, en una de esas me dioganas de tirarme, subí a<br />
la planta, cuando llego al lugar de dónde se tiraban los otros miro para abjo, y me<br />
agarró un julepe. Me quedé más de media hora y no me animaba a largarme. Pensaba<br />
si se van y me pasa algo, que iba a pensar mi mamá, y me largué, nunca llegaba al<br />
agua, cuando llegué di en el fondo con la cabeza, pero salí que boludo que fui, me<br />
dolió el cuello como ocho días, pero no conté nada.<br />
Otra vez nos bañábamos en la represa y llegaron Tulio, Italo Felici y Pino<br />
Ciuci. Italo tenía miedo no sabía nadar bien y le digo vení, que te acompaño a cruzar<br />
hacia el otro lado, empezamos a nadar, cuando llegamos al medio, ya estaba cansado<br />
y Yo comencé a ayudarlo, faltando unos diez metros se puso fea la cosa. El se hundía,<br />
yo lo sacaba y lo tiraba un poco más adelante, pero se empezó a poner morado, y a mí<br />
me comenzó a agarrar el miedo, por suerte había una planta de mimbre y me tomé de<br />
una barilla de la planta y lo saqué, estaba morado, nunca más le dije a nadie que se<br />
tire si está hondo y menos si no sabe nadar. Tuve que esperar como quince minutos<br />
para que se compusiera, que julepe me agarré, la culpa era mía, pero era boludo qué<br />
le vamos a hacer.<br />
Ivana después del año 45 las cosas iban mejorando más y más. Teníamos<br />
más empleados, porque con nosotros solos no alcanzábamos de tanto trabajo, a veces<br />
íbamos hasta dos veces por día al mercado, eso era lindo. Ese año fue la Revolución,<br />
el aeropuerto quedaba cerca de nuestra quinta, recuerdo que una tarde estábamos<br />
trabajando y pasaron tres aviones de guerra a los tiros, con ametralladoras, en la pista<br />
del aeropuerto había unos 15 aviones Hércules, a todos le reventaron las gomas, toda<br />
la gente del barrio estaba escondida en el canal, recién cuando llegó la nochese fueron<br />
a sus casas. Al otro día la radio de lo único que hablaba era de la revolución. En el<br />
aeropuerto, cada tanto pasaba un avión tirando bombas y la gente del barrio de nuevo<br />
se atrincheraba en el canal, se había puesto feo. La noche siguente nos fuimos a<br />
dormir a lo de los Felici, eso era por el miedo que teníamos, pero no pasó nada. Al<br />
otro día me mandaron que fuera a ver si en casa había pasado algo raro. Me fui con<br />
Juan Felici, el era pibe. Cada tanto pasaba un avión y tiraban unas bombas y se iban.<br />
Le digo a Juan ¡a que me subo al techo del galpón! Y así lo hice. Me trepé para poder<br />
ver mejor; de repente sentí un silbido que pasó cerca de mí y a los dos o tres<br />
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