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CONCURSO LITERARIO - Museo dell'Emigrante

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Capítulo VI<br />

EL REGRESO A SAN MARINO<br />

Transcurría el año 88 cuando nos llega, una noticia desde la Provincia de<br />

Jujuy, que nos decía si queríamos ir a San Marino a votar, que el gobierno nos<br />

invitaba.<br />

El nono tenía el pasaporte, pero nosotros, Mingo, Mario y Yo Marino, no,<br />

lo único que teníamos era la cédula de la provincia, pero no nos servía había que<br />

sacar la cédula federal. Nos fuimos a Bionos Aires con el comisario Ríos que vivía en<br />

Ríos Ceballos. Una vez llegados a Buenos Aires, nos vamos a la federal, él hablo con<br />

los que atendían y nos dieron un folletto para llenar, yo lo llené mal, tuve que ir a<br />

pedir otro, cuando estaban listos los presentamos. En otro escritorio nos dicen que no<br />

nos podían dar la cédula, porque no estaba el jefe y no sabían cuando llegaba.<br />

Nosotros lrd pedíamos que nos dieran un permiso para poder salir del pais por 15<br />

días, pero no se puto hacer nada, para el colmo nos preguntaban dónde quedaba San<br />

Marino, poque ellos no sanbían y les explicamos pero no hubo pero no hubo nada que<br />

hacer.<br />

La esposa del primer hijo de Mingo, Mari, tenía un tío que vivíia en<br />

Buenos Aires, y ella lo hablò. El le dijo que cualquier cosa que nos hiceria falta lo<br />

habláramos. Mingo lo conocía por había sido de Las Palmas, entonces él le habló y<br />

nos dicios que nos quedáramos en su casa, al rato llegó y nos llevó a su casa. Era el<br />

mediodía, nos bañamos y nos dijo que nos pusiéramos cómodos. Había preparado<br />

una habictación con tres camas, una vez listos ya estaba la comida. Te digo, este<br />

hombre tuvo una atención con nosotros que no te podes imaginar. El era militar, por<br />

la tarde nos llevó a unos lugares que eran militares para ver si ellos podían hacer algo,<br />

pero no se pudo hacer nada. Esa noche dormimos en su casa, a la mañana siguiente<br />

nos llevó hasta la terminal. Con todo eso ya no sabíamos que hacer, faltaba una<br />

semana para el viaje, y seguíamos con ganas de viajar a San Marino.<br />

Fuimos al consultado italiano, para ver si nos podíam hacer un pemiso,<br />

tampoco conseguimos nada. Al otro día había que viajar. Nos vamos con tu mamá a<br />

lo del Pocho Alcázar, para ver si él tenía alguien conocido que nos pudiera ayudar, en<br />

esos momentos Pocho tenía muchas relaciones con gente importantes. Cuando<br />

llegamos a su casa, se había ido a una comida que le hacían al cónsul Italiano, esa era<br />

una de las últimas esperanzas.<br />

Ya en casa, el día en que debíamos partir, salgo al patio y veo que pasaba<br />

Nada la secretaria de Pocho y le comento lo que nos pasabas con el viaje. Ella cuando<br />

regresó él contó. Nosotros en ese momento salimos para la casa de gobierno para ver<br />

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