CONCURSO LITERARIO - Museo dell'Emigrante
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Capítulo V<br />
LA SEPARACIÓN<br />
Esto que comienzo a contarte aquí, para mí fue lo peor de todo. Ya<br />
habíamos tenido algunas discusiones con mis hermanos, yo creía que me iban a<br />
entender, pero ellos seguían siempre igual, desgraciadamente ellos manejaban la<br />
plata, cuando nos hacía falta para hacer algo en la casa o comprar algo, siempre tenía<br />
que pedirle a ellos, (creo que te das cuenta, porque pasó esto, Yo era el que menos<br />
había estudiado).<br />
Lino estaba siempre en la estacíon, Mingo en el mercado, Berto en la<br />
chacra y compraba las haciendas y Yo en las quintas todos esos años, de dónde se<br />
movía más plata era de las quintas, yo no creía que fueran así. ¡Eran mis hermanos!.<br />
Pero ellos tambíen tenían mujer e hijos.<br />
Cuando nos separamos de la sociedad, me toca en parte de la estación de<br />
servicio, el supermercado, el Chevrolet colorado, como parte del campo de Río 1°,<br />
más 5 hectáres de la quinta y de herramientas un tractor con arado de tres rejas y un<br />
arado de seis discos. También diez mil pesos del puesto del mercado. Yo no quería el<br />
súper, porque las ventas habían bajado y la gente de la villa cada vez robaba más. Al<br />
tiempito me dice Pocho, el hijo de Pepe Alcázar que me compraba el supermercado,<br />
me dolía mucho tener que venderlo, hablo con Don Manolo y le comento que me lo<br />
querían comprar y me dice: “vendélo”. Y el supermercado fue a terminar en manos<br />
del Pocho, pero no estoy arrepentido.<br />
Tu madre empezó a sentirse mal, de tantas discusiones e injusticias, le<br />
agarró una depresión terrible, vos recordarás. Ella siempre lloraba, la sabía llevar a<br />
doña Tica, mejoraba uno o dos días y después volvía a lo de antes, pasaban los meses<br />
y cada vez peor. La llevé a todos lados para ver si mejoraba, ya no sabía que hacer,<br />
llegaba de la quinta y ella lloraba, en la noche, lloraba, que feo era eso, como tiene<br />
que haber sufrido.<br />
Una tarde la llevo a un médico que curaba esa enfermedad, cuando<br />
veníamos de regreso, ella venía llorando y me decía que se quería matar, en un<br />
momento quiere abrir la puerta para tirares del auto, alcancé a frenar y seguía<br />
llorando Yo ya estaba como loco, y le digo bueno, nos matemos los dos, acelero el<br />
auto y digo lo estrello en esa columna, así todo se acaba, si no me dice que no lo haga<br />
Yo hoy no te hubiera escrito esto. Gracias Dios Gracias. Después de esto fue<br />
mejorando muy lentamente, le costó mucho, ¡como sufría y siempre pensando en sus<br />
hijos! Eduardo tuvo que hacer el servicio Militar, para peor le había tocado la marina,<br />
a los dos años le tocó a Gustavo, el tuvo más suerte le toco en la aerináutica, para<br />
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