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Descargar - Asociación de Colombianistas

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Descubrimiento <strong>de</strong> las minas <strong>de</strong> Buriticá y muerte <strong>de</strong> su cacique<br />

Al <strong>de</strong>jar la llanura costera, la expedición se internó en la serranía <strong>de</strong> Abibe, por el<br />

camino ya conocido 29 , don<strong>de</strong>, como era previsible <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los estragos<br />

ocasionados por Francisco César, los forasteros fueron recibidos <strong>de</strong> guerra por los<br />

nativos <strong>de</strong> una región que constituía <strong>de</strong>l cacicazgo <strong>de</strong> Nutibara. A la salida <strong>de</strong> San<br />

Sebastián hicieron un atento específicamente dirigido a Vadillo, pero fallaron. Luego<br />

presentaron batalla en campo, don<strong>de</strong> tuvieron algún éxito y remataron a los españoles<br />

heridos. La respuesta <strong>de</strong> los españoles se <strong>de</strong>cantó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento por las<br />

instrucciones <strong>de</strong> Vadillo: “Ningún soldado muestre mano blanda / Antes a fuego y<br />

sangre haga guerra / A nación tan bestial, cruel y perra” 30 . Era una guerra santa,<br />

librada al grito <strong>de</strong> “¡Santiago!”, y en la que “Encaminó la gente bautizada / Sus pies a<br />

saltear bárbaros crudos” 31 . Bárbaros, pero sabían pelear. Vadillo gastó muchas<br />

jornadas en el intento <strong>de</strong> capturar al cacique Nutibara. Ante lo infructuoso <strong>de</strong>l<br />

esfuerzo sus capitanes le aconsejaron seguir a<strong>de</strong>lante hacia el valle <strong>de</strong> Guaca, hasta<br />

don<strong>de</strong> había incursionado César el año anterior. Pero al ir a saquear las tumbas, las<br />

encontraron vacías, lo que <strong>de</strong>sanimó a la tropa al punto <strong>de</strong> quererse <strong>de</strong>volver:<br />

Pasado estuvimos el primero día <strong>de</strong> Pascua allí junto al río y otro día que<br />

fueron 22 <strong>de</strong> abril nos salimos a una sierra arriba don<strong>de</strong> era un valle en que<br />

tenía su aposento Quinoihn que era hermano <strong>de</strong> Nutibara. Allí se aposentó la<br />

gente e fueron a correr la tierra y buscar mantenimientos. Aquí era don<strong>de</strong><br />

César halló la sepultura <strong>de</strong> que sacó el oro que llevó. Había muchas sepulturas<br />

gran<strong>de</strong>s que si tuvieran oro como se pensaba no bastara nosotros ni otros<br />

29 “Este camino, transitado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época precolombina para el intercambio <strong>de</strong> las tribus litoráneas con las <strong>de</strong><br />

mineros y orífices <strong>de</strong> Buriticá y adyacencias, aunque no exactamente por la misma ruta, lo usaron Francisco<br />

Cesar, Juan Vadillo, Juan Graciano (o Greciano), Luis Bernal, Jorge Robledo y Pedro <strong>de</strong> Heredia, entre 1536<br />

y 1548. Parece que seguía un ramal <strong>de</strong> la Serranía <strong>de</strong> Abibe. Cuando se estudió la introducción <strong>de</strong> los caballos<br />

por esta vía hacia el Valle <strong>de</strong>l Cauca, se dieron <strong>de</strong>talles sobre las dificulta<strong>de</strong>s que hubo que vencer y los pasos<br />

que hubo que allanar (PATIÑO, 1970-1971, V, 87-89, 156-157). Debió <strong>de</strong> ser una mera trocha, ya borrada<br />

cuando en 1542 salió por allí Jorge Robledo, y un negro <strong>de</strong> su compañía, que había entrado con los<br />

cartageneros, fue quien la localizó merced a las señales <strong>de</strong>jadas en los árboles (ROBLEDO: JIJÓN Y<br />

CAAMAÑO, 1938, II, 121, 123). El Mariscal volvió a entrar por allí para asumir el cargo que tan caro le<br />

costó; algunos <strong>de</strong> sus partidarios huyeron por la misma vía, <strong>de</strong> la saña <strong>de</strong> Belalcázar (SIMÓN, 1981-1982, V,<br />

346, 347, 357). Pedro <strong>de</strong> Heredia entró también por allí tres veces (ibid., 344-345). Sólo sirvió entre 1536-<br />

1550 y quedó totalmente cerrado en 1560, con motivo <strong>de</strong> la sublevación general <strong>de</strong> las tribus catías (FRIEDE,<br />

1963, IX, 244-245; RESTREPO EUSE, 1903, 58, 70) (…) Un relato <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> apertura [<strong>de</strong>l<br />

camino <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín a Urabá] se halla en PARSONS, 1967, 3143, 52-65” (Víctor Manuel Patino. Historia <strong>de</strong><br />

la cultura material en la América Equinoccial, Tomo 3: Vías, transportes y comunicaciones, disponible en<br />

internet). Cuatro siglos <strong>de</strong>spués el camino, pero sobre todo la vida indígena y la exuberante vegetación, eran<br />

casi los mismos <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> la conquista, como lo <strong>de</strong>scribe la admirable crónica poética <strong>de</strong>l padre Pablo,<br />

carmelita que vivió en la zona entre 1932 y 1948 y recorrió el camino entre Frontino y Urabá (Fray Pablo <strong>de</strong>l<br />

Santísimo Sacramento, Al amor <strong>de</strong> los Karibes, Me<strong>de</strong>llín, Universidad Autónoma Latinoamericana, 2011).<br />

Siguiendo la ruta <strong>de</strong> los carmelitas, finalmente se emprendió la construcción <strong>de</strong> la Carretera al Mar.<br />

30 Castellanos, ob. cit., pág. 761.<br />

31 Í<strong>de</strong>m, pág. 762.<br />

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