ORDEN DE LA MERCED ACTAS DEL CAPITUlO GENERAL - OdeMIH

Revisar en la Ristoria el desOO1pefio de sus fùnciones, lleva a comprobar
necesariamente que es digno del premio reservado a los que corren
bien su carrera. Estuvo permanentemente con el Senor. Fue un buen religioso.
Con esto quiero decir; su iVidafue digna. En Ja sencil1ez de 'su vida,
él anunciaha el Reino. Los religiosos tenemos un ejemplo mas: la vocacion
a la que hemos sido llamados, cuando se vive con filmor, es posible. Nos
encontramos en momentos en queesta forma de vida es revisada. La
Iglesia ama esta particular forma de seguimiento al Sefior; iniVita a los
institutos religiosos a renovar la iVida consagrada. Nuestlra Orden no es
ajena 'a este fén6meno.Sabidoes Ique .en el redente.Capitulo GeneraI y
en el que se aprox1ma en nuesltra querida Provincia, estamoslnviJtados a
incorporarnos en un proceso de re-fomnulaci6n de nuestro ser. La vida
de nuestro hermano nos indica algunas caracteristicas siempre permanentes.
Yla resultante de supractkanos la da el 'valioso test1monio del :P. Pérez:
- Autentiddad de 'Vida; eSito es: 'Vi'Vir de acuerdo con lo que prodamamos.
- Amor a la Orden,a toda prueba. Y en ella, a la Iglesia.
- Amor·a Nuestra Madre, integrandolaa la vida. Teniendo, como !Ella,
esa capacidad de escuohar a Dios, obedecer sus designios y ofrecer
al !Sefior los hombres.
- 'rra:bajar con entusiasmo y perseverancia hasta el fina!. Asi lo
Itestimoni6 nuestro hermano, que en Curic6 quiso estar y pemnan:ecer
alli, reahazando la posihilidad. de un merecido descanso.
Estas cualidades ise dan daramente en nuestro querido lhel1mano. El
P. [Provincial, reconociendo su capacidad" le encomend6 la traducci6n de
un libro.en italiano, que servira a toda la faroilia mercedaria chilena. Con
sus 89 aiios, él tradujo esa obra, no pequena, escdbiJéndola con su pufio
y letra. Lo hada por amor a laOrden. Sabia que con es'to nosayrudaba a
todos, a iValorar nuestra propia identidad. Tal iVez su pronta publicaci6n
sea u:n postrer homenaje a su persona. En la medida en que cada uno de los
que hemos sidoenriquecidos ,con !tan partioular 'Vocaci6n Itengamos esa
disponi:bilidad y esa alegria de estar con Jesus, nuestro sewicio 'sera mas
eficaz. Re agu! la'ensenanza deliP. Pérez. Su esdmulo, desde el comienzo
!basta el f1n. Muri6el lO de noviembre de 1980. Por eso nos asiste Ja
oonfianza de su pemnanencia junto .a Dios. Nos ha dejado 'u:n santo; tenemos
ùn .nuevo anligo. Queasi sèa.
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P. MARIANO LABARCA ARAYA • O. de M.
Superior del Conv. -« San Pedro Pascual»
P. MtARIO CAROllDI TONNOW (Prov. de ChUe)
El 3 de diciembre de 1980 se durmi6 en el Senor, en Santiago de
Ohile, el iP. Mario Caroldi Tonnolo.
Habia nacido en Bassano del Grappa, Porovincia de Vicenza, Veneda
(Italia),el 2 de junio de 189'8.
Sus padres fueron don José Caroldi y dona Elisa Angélica Tonno10.
Inici6 sus es,tudios ec1esiaslticos en d iSeminario Patriarcal de Venecia,
los que tu'Vo que interrompir Ipara enrolarse en el ejército y participar en
la guerra Mundial de 1914.
Uegado !a Chile, iJngres6 al Noviciado de MeHpilla, donde hizo su
profesi6n de votos s1mples, d 26 de mayo de 1936. Al dia siguiente paso
al Esrndiantado de Santiago, cursando ,sus estudios teologicos en la Universidad
Cat6lica de Chile.
Emiiti6 su profesi6nsolemne el 28 de !lllayo de 1939 y se orden6 de
sacerdote el 25 de didembre del mismo aiio.
Durante dos .anos se desempen6 como Maestro de Postulantes, en
Rancagua, y 4fue Maestro de Novicios, en Melipilla. Fue también Director
Espiritual del Estudiantado de Santiago.
Su apostolado lo desarroll6 en las parroquias de Talca, «El Salto»
(Santiago), Victoria y San Fe11pe.
Era inquieto por naturaleza. Ese celo por la salvad6n de las almas
lo llevoa ser un gran misionero, eSipecialmente entre las gentes sencillas de
los harrios populares y de los campos. Con particular 'Solidrnd 'Visitaba las
reduccionesmapuches y atenidia a los aiborfgenes, con carmo de padre.
ne sus desvelos apost6licos nos habla docuentemente su libreta de
aputites, en donde registraba 10s lugares visitados y los Sacramenrtos que
administraba. Por doquiera derramaba la rilqueza de su paz interior y la
alegria ingenua de su aLma.
A fines de 1971 sufri6 un ataque que lo postr6 en cama hasta su
partida de este mundo, momento queansiaba con vehemencia. Desde su
silla de ruedas sigui6 sirviendoa nios y al pr6jimo, con !Su testimonio
personal, su consejo y su oraei6n constante.
Gran amante de su Orden, se interesaba por su desarrolio y vitaIidad
vocacional, ofreciendoal Senor generosamente las incomodldades de su prolongada
enf·ermedad.
10s ult1mos afios de su vida tra:nscurrieronen la casa de Noviciado,
dando testimonio de oraci6n y uni6n con Dios, por medio del saorificio
de cada dia.
ESiperamos que ya goce de la ,presencia de Dios, desde donde siga interesandose
por nosotros.
F.l.M.
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