j,,< Ilc~lI:aiii~,s - Repositorio de la Universidad de Oviedo

8 ANALES
pues el de i140eii)rCc publicado posteriorn~enle, auncluc Ic
supera en condicioiics didhclicas, no llega la altura dc
juicio y á la aniplitiid dc c~piiitu clc la crilica de Fitxrnaurice,
cualidades tan necesarias, sobre lodo al hisloriar un;i
literatura extratijera. Muy superior á ainbos y á todo
cuanto se lia liecho, son los niaravillosus prólogos de A4cr;l¿ntlcz
Pclayo á la Antologici c/c poetns li~\icos castclllanos,
que liemos leído mieniras esludiabaiiios la Edad
Media; pero la obra no abarca Iinsta ahora iiiás que cslc
período y por Lanto no puede llenar las necesidades dc la
enseñanza. Sin embargo, procuro leer en clase, al menos,
fraginentos del enorme caudal de doctrina desparramado
en el cúinulo de obras de nudslro gran crítico, el ilnico
que herinana de admirable modo la erudición con el genio
y cl arte.
Ademhs dc que los alumnos leen por su cuenta en su
casa, leemos en clase las obras mAs culminantes ó fragmentos
de ellas.
Ciialquierri dirí:~ al leer esto que es imposible realizar
seniejantes propósitos en un curro, pues, no ya un curso,
la vida de iin lioinbre es insiificiente para leer Ins obra5 de
la literatura espafiola que merecen ser leidas. Pero yo
conleslaré, claro esl3, que iio es mi prelciisión hacer niilagros,
sino que por el contrario mi liibor es muy modesl;i.
AspirosOlo 3 que mis aluinnns lean lo que bucnnnieiiic
puedan en un curso, de inodo qiie conozcan direclaniei-ilc
unas cuantas obras de positivo valor pcélico, que quizá
despertar