j,,< Ilc~lI:aiii~,s - Repositorio de la Universidad de Oviedo

S cencia
Viloria y sus discil~iilos Melchor Caiio y Doiningo Soto, y
algunos arios tlespu& 1,iolcslaba L~iiriliién conlrn los iiialos
lralainienlos de 1'izaii.o y siis coiiipaíieros, UarloloiiiB dc
las Casas.
Prueba Vitoria: 1.O Que los indios conio iiidividiios tenían
propiedad privada, 2 .O Que ccino grupo social organizado
teilian propiedad pública Y 3.O Que no son anzcll-
Écs ni irlsc~lsnli, sino criaturas racionales, qric ¿ ~L>IZCI~ nociar,
c/c ¿,?S cosas ccidc~rtcs, iilza 1.ctigi61t etc., !/ vil
infc~~io~,iclacl l11-occt1c dc la insu jici~nc.ia de su ccliicaci61z.
Concluye afirmando que los españoles no pueden
adquirir esos dominios por ocupación, esbozaildo la doctrina
solemnemenle proclamadn en la Conferencia africana
de Berlín de 1885.
¿Podrían adcjuirir los españoles sus niievos doininios
por un tralndo? Pero cste converiio debiera cslar esenlo
de viciús de nulidad, coino el error y el temor y el con.
sentiniiento fue arrancado con la espada, y sin la acliiies
del pueblo. Los espafioles iio pileden invocar otro
derecho que el de conqiiista originada por la violacibn por
parte de los indios de los dererlios de los españoles a propagar
sus ideas, coino inienibros de la sociedad internacional;
pero Vitoria no reconoce sino conclicionalmente la legitimidad
de la doniinación, en cuanlo los españoles tiayan
procedido con lealtad, ensayando las vías pacificas, sin
buscar causas ficticias de guerra, sin coiifundir la avaricia
con el deber.
E:n la. segunda parle ;L pesar de su lilulo L)c! 11?cíis sicc
clc,jili'c 6clli Dai~/)ai~o~.~c~n i11 Hispn~~us esludia el Dereclio
de guerra en general, abstracción Iicclia de los beligei,ariles;
justifica In gucrra, csl)licarido Iiis inhxiinas evnng6licas
en clue se acoiiscja la inansediin-ibre, pero esos
teslos so11 COIIS~~OS de paciencia indi:lidual dirigido a los
cristianos sin condenar la r::ilicia ni la giicrra y busca olros