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Preguntas que siempre suelen hacerse

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los escritores escogidos para esa tarea. Es, por lo tanto, imposible<br />

servirse del Antiguo Testamento para desacreditar al Nuevo<br />

(o viceversa), o servirse de los Evangelios para ir en contra<br />

de las cartas paulinas, por<strong>que</strong> todos los escritos se basan en la<br />

revelación (Gá 1:11). Lo <strong>que</strong> sí difiere es la profundidad de la<br />

importancia de las afirmaciones bíblicas. La profundidad de<br />

pensamiento expresada en Juan 3:16 con respecto a la salvación,<br />

no puede compararse con el detalle de un viaje <strong>que</strong> se da<br />

en Hechos 27:13; el relato de la creación en Génesis 1 tiene<br />

otro alcance <strong>que</strong> la enumeración de los judíos <strong>que</strong> regresaron a<br />

Israel según Esdras 2 (comp. con P50).<br />

I.3. Cómo comprobar la verdad bíblica<br />

P30: La verdad de la Biblia es comprobable. Dios no demanda<br />

una fe ciega, sino <strong>que</strong> nos da varios medios y normas convincentes<br />

para comprobar y ayudarnos a reconocer la verdad:<br />

1. Comprobarla con la vida: Jesús enseña <strong>que</strong> la Palabra de<br />

Dios se puede probar, aplicándola en nuestra vida: «Mi doctrina<br />

no es mía, sino de a<strong>que</strong>l <strong>que</strong> me envió. El <strong>que</strong> quiera hacer<br />

la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo<br />

hablo por mi propia cuenta» (Jn 7:16-17).<br />

2. Comprobarla por la propia libertad: Jesús enseña <strong>que</strong> la<br />

aplicación de un sistema erróneo esclaviza (las ideologías y<br />

sectas esclavizan al hombre). Aceptar sus pensamientos y realizarlos,<br />

sin embargo, liberan al hombre: «Si vosotros permanecéis<br />

en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. Y<br />

conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Jn 8:31-32).<br />

3. Comprobarla aceptándola: Sólo se puede conocer el sabor de<br />

una naranja probándola. Lo mismo sucede con la Biblia. Su verdad<br />

se revela por leerla y aceptarla. Las discusiones o disputas<br />

nunca podrán reemplazar el estudio intenso de la Biblia. Los<br />

habitantes de Berea actuaron de manera ejemplar: «Y éstos eran<br />

más nobles <strong>que</strong> los <strong>que</strong> estaban en Tesalónica, pues recibieron la<br />

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