Preguntas que siempre suelen hacerse
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lasfemia»! – «Ve usted, entonces su Dios y el mío no es el mismo».<br />
Considerando el gran número de religiones, muchos otros<br />
también se plantean el asunto de la tolerancia: al fin y al cabo,<br />
¿no veneran todas al mismo Dios? Ya en los tiempos del Antiguo<br />
Testamento, el Dios de la Biblia testifica ser el único: «Yo<br />
soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios»<br />
(Is 44:6); «Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve» (Is<br />
43:11). Este Dios vivo es el Dios de Abraham, de Isaac y de<br />
Jacob (Mt 22:32); es el Padre de Jesucristo (Mr 14:36a). He aquí<br />
las grandes diferencias entre Alá y el Padre de Jesucristo:<br />
1. La relación entre Dios y los hombres: en el Islam, Dios no se<br />
revela. Permanece lejano, inaccesible. La exclamación constante<br />
«Allahu akbar» – Dios es <strong>siempre</strong> el más grande – manifiesta:<br />
el hombre no puede entablar una relación personal con<br />
él; Alá permanece <strong>siempre</strong> en el otro mundo, es semejante a un<br />
gran soberano oriental <strong>que</strong> está sentado sobre su trono muy por<br />
encima de sus súbditos.<br />
2. La relación Padre-Hijo: las nociones de filiación (somos<br />
hijos de Dios) y de paternidad (Dios es nuestro Padre: «Abba,<br />
Padre» Ro 8:15) no sólo son incomprensibles para el musulmán,<br />
sino <strong>que</strong> incluso son una blasfemia para él, por<strong>que</strong> Alá<br />
está totalmente separado de este mundo.<br />
3. Dios como hombre: la encarnación de Dios en Jesucristo<br />
constituye el acontecimiento central de la historia bíblica de la<br />
salvación. Dios no sólo anduvo entre nosotros, sino <strong>que</strong> tomó<br />
nuestros pecados sobre sí al morir en la cruz. La salvación del<br />
hombre <strong>que</strong> resultó de este hecho permanece incomprensible<br />
para el Islam.<br />
4. La misericordia y el amor de Dios: Dios paga un precio increíblemente<br />
elevado para poder mostrarse misericordioso con el<br />
pecador. «Pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste<br />
con tus maldades» (Is 43:24). Dios es misericordioso con nosotros,<br />
por<strong>que</strong> nos ha rescatado a un gran precio (1 Co 6:20; 1 P<br />
1:19). La misericordia de Alá no cuesta nada; es arbitraria.<br />
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