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CONSEJOS PASTORALES<br />
La responsabilidad de la<br />
iglesia hacia la sociedad<br />
“...Toda cabeza está enferma,<br />
y todo corazón doliente...”,<br />
(Isaías 1:5-7).<br />
El hombre <strong>del</strong> siglo XXI es un<br />
ente enfermo, y si el hombre contemporáneo<br />
está enfermo, por<br />
ende la sociedad está enferma.<br />
Esta enfermedad es física, moral y<br />
espiritual.<br />
El progreso científico y el<br />
avance tecnológico son notorios<br />
en este momento histórico, pero<br />
han contribuido muy poco al<br />
mejoramiento moral <strong>del</strong> hombre<br />
y la sociedad en que vive.<br />
Las obras <strong>del</strong> mal campean por<br />
su respeto en el escenario<br />
humano, mientras se manifiestan<br />
las influencias <strong>del</strong> homicidio,<br />
la violencia, alcoholismo,<br />
drogadicción, abuso sexual,<br />
homosexualismo y todo tipo<br />
de mal social.<br />
DIAGNÓSTICO BÍBLICO<br />
El diagnóstico lo da el<br />
profeta Isaías en el capítulo<br />
1 versículos 5-7:<br />
“...Toda cabeza está<br />
enferma, y todo corazón<br />
doliente...” Esto<br />
no quiere decir que<br />
se ha perdido todo,<br />
pues, todavía existen<br />
muchos valo-<br />
Por: José Meléndez Nieves<br />
res que traen esperanza. Este aspecto<br />
de luz es el que da consistencia histórica<br />
y existencial a la sociedad. Dios ha<br />
constituido una comunidad terapeuta,<br />
para sanar a una sociedad enferma. Esa<br />
comunidad de fe no es otra que “la iglesia<br />
de Jesucristo”. La iglesia es una entidad<br />
sobrenatural que está en proceso<br />
de crecimiento hacia el mundo venidero.<br />
No es estática, sino dinámica. Ella<br />
tiene la medicina que puede sanar a<br />
esta sociedad que se muere.<br />
LA REALIDAD DE LOS PROBLEMAS<br />
No podemos negar los problemas de<br />
conducta que azotan a todos los seres<br />
humanos y de los cuales los creyentes<br />
en Cristo, en ocasiones, no escapamos.<br />
Por ejemplo: En el contexto cultural<br />
iberoamericano, donde la niñez sufre el<br />
flagelo <strong>del</strong> abuso físico y/o verbal,<br />
abandono y hambre, el niño que crece<br />
en un ambiente como éste, carente de<br />
efectividad, no satisface sus necesidades<br />
básicas. Debido a esto, cuando<br />
llegan a la adultez están llenos de amargura,<br />
dolor y resentimientos, llevando<br />
consigo heridas tan profundas que<br />
dañan su identidad y auto-imagen.<br />
Esto afecta su vida por completo, convirtiéndoles,<br />
en ocasiones, en seres<br />
indeseables para la sociedad. Cuando<br />
estas personas llegan a la iglesia, creen<br />
que han sido liberadas o sanadas, pero<br />
se encuentran con una terrible realidad:<br />
Continúa en la página 27<br />
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