ALA BLANCA noviembre-diciembre del 2001

U
1. Integridad
2. Oración
3. Humildad
na meta
común de los hombres
es tener una vida
de éxito. En el mundo, el
éxito se mide por una posición alta en la
sociedad, una buena posición en una
empresa o aun por la cantidad de dinero
que uno posee. Lo que impulsa al verdadero
hombre de Dios a moverse hacia el
éxito es muy diferente a lo que impulsa al
hombre del mundo. Para ilustrar “cómo
ayudarnos”, veamos a continuación la
gráfica que aparece arriba. La rueda representa
la vida del hombre y los elementos
dentro de ella son ayudas que lo mantendrán
caminando sano y salvo en el camino
correcto. Éstos seis elementos fueron una
inspiración. Esto no quiere decir que son
los únicos que nos ayudarán, pero sí sabemos
que le agradan a Dios. Mientras todos
los elementos de la rueda llenan su
propósito en el hombre de Dios, el
movimiento es hacia el verdadero éxito.
Examinemos cada uno de ellos y apliquemos
lo aprendido a nuestras vidas.
1. Integridad
La historia de Abraham, cuando se
encuentra con Abimelec (Génesis 20),
demuestra la hermosura y recompensa de
la integridad. Abimelec, rey de Gerar, se
encontró en un problema mortal con Dios
y fue su integridad la que lo salvó. Él le dijo
a Dios: “…Con sencillez de mi corazón, y
con limpieza de mis manos he hecho esto.
Y díjole Dios en sueños: Yo también sé que
con integridad de tu corazón has hecho
esto; y yo también te detuve de
pecar contra mí, y así no te
permití que la tocases”,
6. Sumisión
5. Conocer bien
la Palabra de Dios
(Génesis 20:5, 6). Al
actuar con sencillez de
corazón y manos limpias,
Dios con Su
poder omnipotente,
estará de su parte y
caminará en integridad
hacia el éxito.
4. Guiado por
el Espíritu Santo 2. Oración Oración
La oración es comunicación
con Dios. En 1
Tesalonicenses 5:17 la Biblia
dice: “Orad sin cesar”. ¿Desearía
realmente Dios que estemos hablando
con Él todo el tiempo? Imagínese por un
momento la rueda en marcha y que cada
vez que la misma tocara el suelo, el elemento
de la oración no estuviera allí. ¿Qué
sucedería? El impacto sería sentido por los
demás elementos. La rueda continuaría
dando unas cuantas vueltas más, luego de
lo cual se quebrarían los demás elementos
por falta de soporte. Jesucristo, necesito orar.
En Su tiempo más difícil, la oración de
Jesús fue tan ferviente, que el sudor de Su
frente fue como gotas de sangre. ¡Oh, Señor,
enséñanos a orar! Hable con Dios. Pídale
de todo corazón y Él escuchará su clamor.
Él le enseñará cosas grandes y dificultosas
que usted no sabe (Jeremías 33:3).
3. Humildad
En ocasiones, ser humilde le va a costar.
Quizá hasta tenga que servir como un peldaño
para que alguien suba más arriba que
usted. Lo importante aquí es estar en
armonía con el plan de Dios. Cuando
Cristo se anonadó y tomó forma de siervo,
se humilló, por lo cual Dios lo ensalzó hasta
HOMBRES DE DIOS
Por: Salomón Estrada
lo sumo. No es que andemos buscando ser
ensalzados, pero la humildad es algo que a
Dios le agrada. Cristo estuvo en armonía
con el plan de Dios y el resultado fue que Él
Lo ensalzó. Él es nuestro ejemplo de humildad.
Siendo dueño de todo, lo puso todo de
lado y se sacrificó por usted y por mí. Él
descendió para que nosotros podamos
ascender. Si sinceramente seguimos Su
ejemplo de humildad, el movimiento de
nuestra rueda llegará al verdadero éxito.
4. Guiado por el Espíritu Santo
¿Cómo somos guiados por el Espíritu
Santo? En 1 Corintios 2:12 encontramos: “Y
nosotros hemos recibido, no el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que es de Dios,
para que conozcamos lo que Dios nos ha
dado”. Cuando recibimos al Espíritu Santo,
Dios pone en nosotros un entendimiento
especial y deseos de buscar más de Él. Todo
hombre de Dios necesita estar lleno del
Espíritu Santo y ser guiado por Él. Él es un
gran apoyo en su vida. En ocasiones, cuando
parece que ya no encontramos la salida,
Él clama por nosotros en formas en las
cuales jamás podríamos hacerlo. Romanos
8:26, 27 dice: “Y asimismo también el
Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque
qué hemos de pedir como conviene, no lo
sabemos; sino que el mismo Espíritu pide
por nosotros con gemidos indecibles. Mas
el que escudriña los corazones, sabe cuál es
el intento del Espíritu, porque conforme á
la voluntad de Dios, demanda por los santos”.
El hombre no está capacitado para
hacer la voluntad de Dios por sí mismo. Y
está perfectamente bien admitirlo ya que
Cristo dijo: “…sin mi, nada podéis hacer”.
¡Oh, que bueno es Dios! ¡Gracias Señor por
Tu Espíritu Santo que nos guía!
5. Conocer Conocer Bien Bien la Palabra Palabra de Dios
“Escudriñad las Escrituras, porque á
vosotros os parece que en ellas tenéis la
vida eterna; y ellas son las que dan testimonio
de mí”, (Juan 5:39). No puede
haber hombre de Dios con éxito y bien
fundamentado en la verdad sin un buen
conocimiento de la Palabra de Dios. La
lectura y el estudio de la Biblia nutre el
Continúa en la página 15
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