La Saga de Egil Skallagrimsson
La Saga de Egil Skallagrimsson
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STURLUSON, SNORRI SAGA DE EGIL SKALLA-GRIMSON<br />
forma que no po<strong>de</strong>mos conocer la saga si no es a través <strong>de</strong> copias posteriores, con<br />
todos los avatares que la transmisión manuscrita lleva consigo (sobre todo en casos<br />
como el <strong>de</strong> las sagas, don<strong>de</strong> los manuscritos son muy numerosos y variados).<br />
Otro fragmento <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rable antigüedad es (zeta), <strong>de</strong> cuatro páginas, escrito a<br />
fines <strong>de</strong>l XIII, y el llamado (<strong>de</strong>lta), <strong>de</strong> hacia 1300. En total, son diez los<br />
fragmentos <strong>de</strong> manuscritos antiguos con los que contamos.<br />
El que suele utilizarse en todas las ediciones, incluyendo la <strong>de</strong> Sigurdur Nordal,<br />
sobre la que se hace la traducción, es M. En algunos lugares existen divergencias<br />
<strong>de</strong> cierta importancia, que se indican en nota.<br />
3. <strong>La</strong>s Fuentes De <strong>La</strong> <strong>Saga</strong> De <strong>Egil</strong><br />
3.1. Consi<strong>de</strong>raciones Generales<br />
Lejos ya <strong>de</strong> la concepción <strong>de</strong> la saga como simple plasmación <strong>de</strong> anteriores<br />
narraciones orales, es preciso consi<strong>de</strong>rarla, tal como antes indiqué ya, en el<br />
contexto <strong>de</strong> la literatura europea <strong>de</strong> su época. <strong>La</strong> <strong>Saga</strong> <strong>de</strong> <strong>Egil</strong>, como cualquier otra<br />
<strong>de</strong> las sagas <strong>de</strong> islan<strong>de</strong>ses, como cualquier otra obra medieval, no surge <strong>de</strong> la nada,<br />
sino que cuenta con fuentes que sigue con mayor o menor ajustamiento. Pero no se<br />
trata, como, por ejemplo, en nuestro Mester <strong>de</strong> Clerecía, <strong>de</strong> adoptar una fuente<br />
fundamental para modificarla y añadirle fragmentos <strong>de</strong> otras fuente secundarias. El<br />
autor <strong>de</strong> nuestra saga, así po<strong>de</strong>mos suponerlo, poseía una i<strong>de</strong>a previa sobre la<br />
estructura central <strong>de</strong> la obra; no toma una fuente, sino que escribe la narración <strong>de</strong><br />
acuerdo con sus propios fines. Pero sus extensas lecturas (sin que quepa duda<br />
alguna a este respecto, en el caso <strong>de</strong> Snorri), la disponibilidad <strong>de</strong> una biblioteca<br />
consi<strong>de</strong>rable (hecho cierto también en Islandia), permiten que la elaboración <strong>de</strong> las<br />
diferentes partes pueda apoyarse en algún ejemplo literario ajeno.<br />
Por otra parte, la saga se sitúa en una época histórica ya lejana. Snorri escribe en el<br />
siglo XIII, y los hechos que narra sucedieron en el X. Era preciso dar a su obra una<br />
verosimilitud histórica. No se trataba tanto <strong>de</strong> escribir un libro <strong>de</strong> historia<br />
plenamente fiable como tal, aunque ésta pudiera ser una finalidad secundaria, sino<br />
más bien <strong>de</strong> que el lector encontrara en el libro una sociedad que, sin duda, no le<br />
era ya plenamente conocida, pero que tampoco <strong>de</strong>sconocía <strong>de</strong>l todo: las tradiciones<br />
se conservaron en Islandia hasta mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Snorri, y el lector<br />
tenía una cierta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cómo «eran las cosas» en los primeros tiempos <strong>de</strong> su<br />
república.<br />
Interesaba, pues, no el escribir historia, sino el recrearla, al mismo tiempo que no<br />
se intentaba «actualizar» la sociedad pagana como tan frecuentemente se hacía en<br />
otras literaturas medievales europeas. Era otro mundo, y así tenía que<br />
representarse. Y si el autor no pretendía escribir una verda<strong>de</strong>ra «biografía», sí tenía<br />
que incluir su narración en una imagen coherente, aceptable y verosímil<br />
históricamente <strong>de</strong> su época.<br />
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