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neofiguración dolorida como para obras puramente abstractas—; Wols, en el breve periodo entre el<br />
final de la guerra y su muerte en 1951, había, por así decirlo, caligrafiado las líneas generales del tachismo,<br />
que seguirían, entre otros Georges Mathieu, Pierre Soulages, Hans Hartung, Jean Bazaine o Jean<br />
Michel Atlan.<br />
Dos características, registradas por Edward Lucie-Smith de los que fueron principales componentes<br />
de la abstracción lírica europea de los años cincuenta, me parece que resultan más que<br />
pertinentes a la hora de entender a <strong>Manrique</strong>: su ligazón con la vanguardia histórica y su atención<br />
al paisaje como punto de partida de sus abstracciones: «Pese a lo que hoy se pueda pensar,<br />
la abstracción lírica fue ciertamente el estilo pictórico dominante en Europa a finales de los años<br />
cuarenta y en la década de los cincuenta —escribe Lucie-Smith—, y fueron muchas las versiones<br />
que surgieron de sus posiciones fundamentales. Un artista como Bazaine conservó elementos<br />
derivados del cubismo, con el fin de probar y guardar su propia ligazón con el pasado. Se advierte<br />
también su juego oculto de formas naturales. La naturaleza, levemente camuflada, juega análogamente<br />
su papel en las composiciones típicas de Manessier; mientras que el casi homónimo<br />
Messagier produce a veces cuadros que se parecen a versiones, menos conseguidas, de paisajes<br />
de De Kooning» 5 .<br />
La circunstancia española<br />
En fecha tan temprana como 1960, José María Moreno Galván —seguramente el crítico de la<br />
época que más directamente se implicó en la defensa y difusión de los artistas abstractos españoles—<br />
aseguraba que: «Si tratáramos de resumir el objetivo final a que condujeron todos los planteamientos<br />
estilísticos y críticos, todas las tomas de posición, todas las actitudes tendenciosas que salieron a la luz<br />
entre 1940 y 1950, diríamos que fue el de la absorción de la vanguardia por la pintura». Y, páginas más<br />
adelante, proclama: «Afirmamos que esta alternativa [el antagonismo entre abstracción y figuración] se<br />
le plantea al arte de España aproximadamente en los mismos años en que el siglo traspasaba su primera<br />
mitad» 6 . Cifraba su aserción en dos acontecimientos: la I Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada<br />
en Madrid en el otoño de 1951 —recordaré que <strong>César</strong> <strong>Manrique</strong> había terminado Bellas Artes<br />
el año anterior—, y la Exposición de Arte Abstracto de Santander, que tuvo lugar en el verano de 1953<br />
5. Edward Lucie-Smith, El arte hoy. Del expresionismo abstracto<br />
al nuevo realismo, Ediciones Cátedra, Madrid, 1983.<br />
6. José María Moreno Galván, Introducción a la pintura española<br />
actual, Publicaciones españolas, Madrid, 1960.