11.10.2013 Views

Textos - Fundación César Manrique

Textos - Fundación César Manrique

Textos - Fundación César Manrique

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

50<br />

La interpretación a mi modo de ver más sugestiva, por lo sorprendente del diagnóstico que establece,<br />

es la de Eduardo Westerdahl, quien en un texto de 1960, cuando todavía era precoz el estilo<br />

que luego sería definitivo en <strong>Manrique</strong> viene a decir, anunciándolo y desgranando las causas de un<br />

profundo cambio que «La misteriosa puerta que hace justamente medio siglo abriera Kandinsky en<br />

el cuerpo del hombre [...] ha llegado en las tendencias informales de la abstracción a unas últimas<br />

consecuencias». Si el pintor ruso había subdividido sus investigaciones en “improvisaciones”, “composiciones”<br />

e “impresiones” «en un proceso evolutivo desde el caos a la gramática», es decir, desde<br />

las formas libres al orden de la geometría y la línea, los pintores últimos, entre los que cifra a<br />

<strong>Manrique</strong> y al que se refiere específicamente, se encaminan hacia su objetivo de modo opuesto: han<br />

partido de la geometría para dar «el salto a la realidad de la tierra, al suelo. La fórmula de Kandinsky<br />

se desvitaliza», sustituida por dos elementos aportados por el surrealismo, el objeto encontrado y la<br />

decalcomanía. «Las preocupaciones estéticas de tensión, de estructura, de composición, de peso,<br />

de medida, han perdido privilegio. Con ellas, el sentido gramatical de un lenguaje. La primacía que<br />

poseía el hombre para darnos una previa digestión de estos valores se ha desplazado. El objeto<br />

encontrado no aparecía como creación humana, y la decalcomanía era una consecuencia de azar. Esta<br />

es la herencia inmediata que recoge <strong>César</strong> <strong>Manrique</strong>, encaminando sus pasos por una realidad cósmica<br />

que ya ha dejado de ser una necesidad interior.» 20<br />

De los monotipos a la época austera<br />

Gloria Moure, por su parte, aprecia la facilidad con la que <strong>Manrique</strong> se deslizó desde esa neofiguración<br />

ecléctica, pero estéticamente conservadora, al informalismo, y sus causas: «En su caso, tal<br />

evolución no sería tan sólo una respuesta a las vanguardias objetivizantes y didácticas, como lo fue<br />

para un gran número de artistas, que durante los cincuenta abrazaron la subjetividad más existencial,<br />

sino que además, supondría una conexión directa con sus inquietudes autóctonas y sus ansias integradoras<br />

y de reconciliación con el universo orgánico» 21 .<br />

Y, ciertamente, entre 1953 y 1954, al tiempo que, como hemos dicho, inició sus incursiones en la<br />

pintura no figurativa, promovía, junto con Fernando Mignoni y el crítico Manuel Conde, la fundación,<br />

en el piso superior de la librería Fernando Fe, de la galería Artistas de Hoy —dirigida por Lola Romero<br />

20. Ésta y las citas anteriores, en Eduardo Westerdahl,<br />

<strong>Manrique</strong>, Colección del Arte de Hoy, Madrid, junio de 1960.<br />

21. Gloria Moure, “<strong>César</strong> <strong>Manrique</strong>”, cat. <strong>César</strong> <strong>Manrique</strong>,<br />

Sala d’exposicions de l’obra Cultural de la Caixa de<br />

Pensions, Barcelona, 1983.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!