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Diagnóstico socio.ambi<strong>en</strong>tal Parque Nacional Baritú, Salta<br />
13<br />
Los bosques montanos secundarios pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el área forman un paisaje<br />
heterogéneo compuesto por comunidades de difer<strong>en</strong>te composición de especies y<br />
que difier<strong>en</strong> <strong>en</strong> la edad sucesional (Gurvich et al 2003; Pinazo et al. 2003). Estos<br />
bosques se originaron a partir disturbios antrópicos, tales como el desmonte para<br />
actividades ganaderas, agricultura migratoria <strong>en</strong> pequeñas parcelas, pastoreo d<strong>en</strong>tro<br />
del bosque y extracción forestal selectiva (Easdale 1999; Pinazo et al 2003). Al igual<br />
que otros bosques secundarios neotropicales, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un alto valor de conservación<br />
debido a la gran superficie que ocupan, a la capacidad de albergar especies<br />
características de bosques maduros, a su rol como reguladores hídricos, alta<br />
productividad y pres<strong>en</strong>cia de especies de valor forestal (Easdale 1999).<br />
En líneas g<strong>en</strong>erales, las etapas más tempranas de la sucesión <strong>en</strong> bosques<br />
montanos se caracterizan por la pres<strong>en</strong>cia de comunidades dominadas por aliso<br />
(Alnus acuminata) y pino del cerro (Podocarpus parlatorei). A medida que aum<strong>en</strong>ta<br />
el tiempo sin disturbios, las comunidades se hac<strong>en</strong> más diversas, incorporando<br />
especies como palo barroso (Blepharocalyx salicifolius), chalchal (Allophylus edulis)<br />
y guayabo (Myrcianthes sp.) (Morales et al 1995; Arturi et al 1998). La composición<br />
específica y la estructura particular de cada bosque secundario pued<strong>en</strong> dep<strong>en</strong>der<br />
del tipo de uso previo al abandono, de la int<strong>en</strong>sidad del uso y de las condiciones<br />
ambi<strong>en</strong>tales del sitio (Easdale 1999; Gurvich et al. 2003). En cualquier caso, se<br />
observa una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia al aum<strong>en</strong>to de la diversidad con la edad (Easdale 1999). Si<br />
bi<strong>en</strong> existe alta variabilidad <strong>en</strong> la diversidad según el tipo de uso, hay una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
a mayores valores de riqueza de especies <strong>en</strong> bosques originados <strong>en</strong> áreas<br />
abandonadas de cultivos de maíz, valores intermedios <strong>en</strong> cultivos con arado y bajos<br />
para aquellos que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de pastizales abandonados (Easdale 1999). El total de<br />
especies arbóreas <strong>en</strong> los parches de bosques secundarios puede variar <strong>en</strong>tre 35 y<br />
50 (Easdale 1999; Gurvich et al 2003).<br />
Según la composición específica, se difer<strong>en</strong>cian tres tipos de bosques secundarios<br />
<strong>en</strong> la región: 1- bosques dominados por Alnus acuminata, 2- bosques mixtos<br />
dominados por Podocarpus parlatorei, Juglans australis, Myrcianthes mato,<br />
Allophylus edulis, Blepharocalyx salicifolius, Parapiptad<strong>en</strong>ia excelsa, Schinus<br />
meyeri, y 3- bosques dominados por Amomyrtella guilli, Myrica pubesc<strong>en</strong>s, Ilex<br />
arg<strong>en</strong>tina, Mayt<strong>en</strong>us cuezzoi, Cletra scabra y Roupala sp. (Easdale 1999). Easdale