Introducción a los modelos climáticos simples utilizados en - IPCC
Introducción a los modelos climáticos simples utilizados en - IPCC
Introducción a los modelos climáticos simples utilizados en - IPCC
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Introducción a <strong>los</strong> mode<strong>los</strong> climáticos <strong>simples</strong> <strong>utilizados</strong> <strong>en</strong> el Segundo Informe de Evaluación del <strong>IPCC</strong><br />
11<br />
cial alta y ciclo diurno son <strong>los</strong> únicos que pued<strong>en</strong> simular correctam<strong>en</strong>te<br />
el efecto neto de <strong>los</strong> cambios de las nubes sobre el<br />
clima. Pero la mayoría de <strong>los</strong> procesos de nubes clave ocurr<strong>en</strong> a<br />
escalas muy inferiores a la resolución de <strong>los</strong> mode<strong>los</strong> mundiales,<br />
por lo que se necesitan repres<strong>en</strong>taciones s<strong>en</strong>cillas promediadas<br />
zonalm<strong>en</strong>te (“parametrizaciones”) de <strong>los</strong> procesos nubosos, que<br />
podrían ocasionar errores de <strong>en</strong>vergadura <strong>en</strong> <strong>los</strong> cambios simulados<br />
de las nubes (ver el SIE GTI, secciones 4.2 y 5.3.1.1.4, y<br />
la sección 3 de este docum<strong>en</strong>to).<br />
2.2.2 Superficie terrestre<br />
Las características físicas de la superficie terrestre, incluida la<br />
cubierta de vegetación, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un gran efecto sobre la absorción<br />
de <strong>en</strong>ergía solar y <strong>los</strong> flujos de calor, vapor de agua y mom<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong>tre la superficie y la atmósfera. En cualquier lugar determinado,<br />
estos flujos influy<strong>en</strong> considerablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el clima de<br />
superficie local y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> repercusiones <strong>en</strong> la atmósfera que, <strong>en</strong><br />
algunos casos, se amplían a todo el globo. Los cambios de <strong>los</strong><br />
mantos de hielo y nieve, altam<strong>en</strong>te reflectantes, revist<strong>en</strong> importancia<br />
particular; al cal<strong>en</strong>tarse el clima, disminuye la ext<strong>en</strong>sión de<br />
hielo y nieve, lo que ocasiona una mayor absorción de <strong>en</strong>ergía<br />
solar y el cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to consigui<strong>en</strong>te. Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>los</strong> cambios<br />
concurr<strong>en</strong>tes de la nubosidad inducidos por <strong>los</strong> cambios de las<br />
cubiertas de hielo y nieve complican estas consideraciones. La<br />
simulación correcta de <strong>los</strong> cambios de la superficie terrestre y sus<br />
efectos exig<strong>en</strong> mode<strong>los</strong> que t<strong>en</strong>gan una resolución espacial y<br />
temporal alta, considerando las posibles interacciones con las<br />
nubes y la heterog<strong>en</strong>eidad espacial de la superficie (ver el<br />
SIE GTI, secciones 1.4.3 y 4.4). En una escala temporal de dec<strong>en</strong>ios<br />
a sig<strong>los</strong>, <strong>los</strong> cambios de la cubierta de vegetación y las<br />
propiedades del suelo también alterarán <strong>los</strong> intercambios de<br />
calor, humedad y mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre la superficie y la atmósfera, y<br />
también las fu<strong>en</strong>tes y sumideros de ciertos gases de invernadero.<br />
2.2.3 Océanos<br />
Los océanos desempeñan funciones importantes <strong>en</strong> el sistema<br />
climático y <strong>en</strong> el cambio climático. Primero, son uno de <strong>los</strong><br />
principales depósitos de carbono, y han t<strong>en</strong>ido un papel es<strong>en</strong>cial<br />
al absorber una parte del dióxido de carbono artificial emitido<br />
hasta el pres<strong>en</strong>te; hasta cierto punto, seguirán t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do este<br />
papel <strong>en</strong> el futuro. Segundo, las corri<strong>en</strong>tes oceánicas transportan<br />
cantidades considerables de calor, por lo que ejerc<strong>en</strong> una<br />
fuerte influ<strong>en</strong>cia sobre <strong>los</strong> climas regionales. Los cambios de<br />
transporte de calor <strong>en</strong> el océano podrían afectar significativam<strong>en</strong>te<br />
<strong>los</strong> cambios climáticos regionales, y mi<strong>en</strong>tras el clima<br />
mundial se vuelve más templado, quizás algunas regiones<br />
sufran un <strong>en</strong>friami<strong>en</strong>to temporal, y otras, un cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />
temporal muy por <strong>en</strong>cima de la media mundial. Tercero, la<br />
absorción de calor y la mezcla desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que efectúan <strong>los</strong><br />
océanos aminoran considerablem<strong>en</strong>te el ritmo del cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />
de la superficie. Esto reduce <strong>los</strong> impactos que<br />
dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de la velocidad del cambio climático, pero también<br />
implica que, hasta cierto tiempo después de que las conc<strong>en</strong>traciones<br />
de gases de invernadero se hayan estabilizado, se<br />
producirá un compromiso irreversible hacia un cambio climático<br />
mayor que el ocurrido. Las corri<strong>en</strong>tes oceánicas y la tasa<br />
de absorción del calor por <strong>los</strong> océanos dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de <strong>los</strong> vi<strong>en</strong>tos<br />
y del intercambio de calor y agua dulce (a través de la precipitación<br />
y la evaporación) <strong>en</strong>tre el océano y la atmósfera. En las<br />
latitudes altas, la pres<strong>en</strong>cia de hielo marino ti<strong>en</strong>e un efecto muy<br />
fuerte sobre esos intercambios, de allí que la simulación satisfactoria<br />
del hielo marino revista mucha importancia (ver el<br />
SIE GTI, secciones 1.4.2, 4.3 y 6.2, y capítulo 10).<br />
2.2.4 Movimi<strong>en</strong>tos atmosféricos<br />
Los movimi<strong>en</strong>tos atmosféricos (vi<strong>en</strong>tos) son importantes<br />
porque efectúan el transporte de calor y humedad y moderan las<br />
temperaturas <strong>en</strong> las regiones polar y ecuatorial. Dichos<br />
movimi<strong>en</strong>tos ejerc<strong>en</strong> un control fuerte sobre la formación, la<br />
naturaleza y el tiempo de vida de las nubes, por lo que proporcionan<br />
un acoplami<strong>en</strong>to directo de <strong>los</strong> balances térmicos de la<br />
radiación solar e infrarroja. El transporte de calor <strong>en</strong> la atmósfera<br />
y sus cambios también incidirán <strong>en</strong> la respuesta de la<br />
cubierta de hielo marino y de nieve sobre la tierra a <strong>los</strong> cambios<br />
de la temperatura media mundial y, por consigui<strong>en</strong>te, constituye<br />
otro vínculo con el balance de radiación g<strong>en</strong>eral de la Tierra.<br />
Los cambios de <strong>los</strong> vi<strong>en</strong>tos atmosféricos, o de la evaporación y<br />
la precipitación, debidos, <strong>en</strong> parte, a <strong>los</strong> cambios de <strong>los</strong> vi<strong>en</strong>tos<br />
atmosféricos, también podrían acarrear cambios de la circulación<br />
de <strong>los</strong> océanos significativos y quizás bruscos (ver el<br />
SIE GTI, secciones 4.2, 4.3 y 6.2).<br />
2.3 Forzami<strong>en</strong>to radiativo, retroalim<strong>en</strong>taciones y<br />
s<strong>en</strong>sibilidad climática<br />
La temperatura de la Tierra ti<strong>en</strong>de a ajustarse por sí misma, de<br />
forma que hay un equilibrio <strong>en</strong>tre la absorción de la <strong>en</strong>ergía del<br />
Sol y la emisión de radiación infrarroja que realiza el sistema<br />
superficie-atmósfera. Cuando la <strong>en</strong>ergía solar absorbida es<br />
mayor que la radiación infrarroja emitida (lo que ocurre, por<br />
ejemplo, al añadir gases de efecto invernadero a la atmósfera),<br />
sube la temperatura, pero también aum<strong>en</strong>ta la emisión de<br />
radiación infrarroja hacia el espacio. Esto hace que se reduzca<br />
el desequilibrio inicial y que, con el tiempo, se alcance un equilibrio<br />
nuevo, pero con otra temperatura más cálida (ver el<br />
SIE GTI, secciones 1.2 y 1.3.1).<br />
2.3.1 Forzami<strong>en</strong>to radiativo<br />
Los gases de efecto invernadero y <strong>los</strong> aerosoles antropóg<strong>en</strong>os<br />
afectan el sistema climático, pues alteran el equilibrio <strong>en</strong>tre la<br />
<strong>en</strong>ergía solar absorbida y la radiación infrarroja emitida, como se<br />
analiza <strong>en</strong> el SIE GTI (sección 2.41). El desequilibrio se cuantifica<br />
como “forzami<strong>en</strong>to radiativo”, que se define como el<br />
cambio de la radiación neta desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te (solar e infrarroja<br />
combinadas) que se opera <strong>en</strong> la tropopausa cuando, por ejemplo,<br />
se alteran las cantidades de gases de efecto invernadero y<br />
aerosoles, una vez t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta sólo el ajuste de las tempe-