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Estrategias para alcanzar y mantener la alta rentabilidad - Ardan

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Desde una perspectiva histórica, no todas <strong>la</strong>s fuentes de ventajas competitivas consideradas por <strong>la</strong>s<br />

empresas han buscado <strong>la</strong> generación de valor <strong>para</strong> lograr <strong>la</strong> diferenciación. Las fuentes de ventajas<br />

competitivas han evolucionado, y su naturaleza ha sido muy diferente en función de cuál haya sido <strong>la</strong><br />

base sobre <strong>la</strong> que se asentaban. En <strong>la</strong> actualidad, <strong>la</strong>s ventajas competitivas de <strong>la</strong>s organizaciones deben<br />

tener <strong>la</strong> capacidad de generar valor mediante <strong>la</strong> organización de <strong>la</strong>s competencias internas derivadas de<br />

los talentos y de los recursos, posibilitando desarrol<strong>la</strong>r rendimientos diferenciales.<br />

Ante este contexto, y como conclusión de los resultados, hay que destacar que <strong>la</strong> variación de <strong>la</strong><br />

<strong>rentabilidad</strong> entre unas empresas y otras se debe principalmente a factores vincu<strong>la</strong>dos a <strong>la</strong>s capacidades<br />

y recursos que maneja <strong>la</strong> empresa a <strong>la</strong> hora de competir. En definitiva, <strong>la</strong> consecución de <strong>alta</strong>s tasas de<br />

<strong>rentabilidad</strong> en <strong>la</strong>s empresas depende en gran medida de sí mismas y de cómo lleven a cabo <strong>la</strong> gestión<br />

de sus recursos y capacidades.<br />

La dinámica competitiva actual ha multiplicado <strong>la</strong> necesidad de los responsables de <strong>la</strong>s empresas de crear<br />

valor, <strong>para</strong> ello, han de buscar internamente nuevas fuentes de valor que permitan <strong>la</strong> obtención de<br />

ventajas competitivas.<br />

Una de <strong>la</strong>s mayores fortalezas <strong>para</strong> competir por parte de <strong>la</strong>s empresas de una determinada área está<br />

re<strong>la</strong>cionada con su capacidad <strong>para</strong> integrar conocimientos y rutinas con capacidad de adaptación al<br />

cambio permanente. En este sentido, el nivel de desarrollo de <strong>la</strong>s estrategias empresariales, <strong>la</strong><br />

adecuación de sus estructuras organizativas, el sentido de rivalidad, el nivel de cooperación, <strong>la</strong> diversidad<br />

de competidores existentes y sus asimetrías, el crecimiento del sector o segmento específico, <strong>la</strong><br />

existencia de costes fijos y <strong>la</strong>s posiciones estratégicas en el sistema productivo, son factores que influyen<br />

en <strong>la</strong> competitividad y, a su vez, en <strong>la</strong> <strong>rentabilidad</strong>.<br />

1.2.3 Enfoque vincu<strong>la</strong>do a <strong>la</strong>s potencialidades de <strong>la</strong>s firmas.<br />

Las competencias son función de los recursos y <strong>la</strong>s capacidades, es decir, de los activos tangibles e<br />

intangibles y de <strong>la</strong>s capacidades que actúan sobre ellos, y que permiten multiplicar el efecto de los<br />

mismos. Las competencias, en última instancia, dependerán de estos dos componentes, que<br />

determinarán <strong>la</strong> ventaja competitiva que dispondrá <strong>la</strong> empresa. En <strong>la</strong> medida que <strong>la</strong>s rentas diferenciales<br />

(cuasi-rentas) sean únicas o superiores a <strong>la</strong>s que disponen sus competidores, el poder de <strong>la</strong> ventaja<br />

competitiva será superior, así como el efecto que <strong>la</strong>s competencias tendrán sobre <strong>la</strong> eficiencia económica.<br />

En cualquier caso, <strong>para</strong> que una ventaja o una competencia sea susceptible de crear valor diferencial<br />

<strong>para</strong> los agentes c<strong>la</strong>ve de una actividad y <strong>para</strong> que permita generar intercambios favorables, debe poseer<br />

<strong>la</strong>s características de superioridad, inimitabilidad, sostenibilidad y renovabilidad, cualquiera que fuere <strong>la</strong><br />

fuente de ventaja competitiva. La c<strong>la</strong>ve está en <strong>la</strong> consecución de unas características diferenciales<br />

respecto a sus competidores que, probablemente, pueden llegar a desembocar en una mayor eficiencia<br />

económica <strong>para</strong> <strong>la</strong> empresa. La creación de ventajas competitivas debe dar lugar a <strong>la</strong> mejora competitiva<br />

y, como consecuencia de ello, deben mejorarse el desempeño y <strong>la</strong> <strong>rentabilidad</strong>.<br />

Las organizaciones tienen una ventaja competitiva cuando sus activos, capacidades o procesos poseen<br />

atributos específicos. Esto ocurre cuando son raros, valiosos, difíciles de imitar y tienen pocos<br />

sustitutivos; ellos representan una fuente crítica de ventaja competitiva (Barney, 1991). Aún así, muchas<br />

ventajas competitivas que parecían insuperables han resultado ser transitorias porque los factores<br />

subyacentes cambiaban. La misma existencia de <strong>la</strong> ventaja competitiva desencadena innovaciones<br />

24<br />

Empresas de Alto Rendimiento

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