Cese el fuego

gestiones y la lucha por la paz. Uno de estos pretextos lo constituyen el secuestro y la extorsión. Las
FARC-EP condenan de manera clara y concluyente tales procedimientos si hubiera grupos armados
que se reclamen de FARC y tengan en su poder a personas secuestradas, deben ponerlas en libertad
inmediatamente. Si otros movimientos guerrilleros han incurrido en tales políticas, les pedimos
igual procedimiento.
Denunciamos con la mayor energía, el secuestro del señor Bíshop. Esta acción parece diseñada
como una tenebrosa provocación de la extrema derecha.
Alertamos también a la opinión pública, contra la pérfida tendencia de adjudicar los secuestros sin
verificación alguna, a las organizaciones guerrilleras. La descomposición de la sociedad
colombiana, ha propiciado la generalización de la industria del secuestro como medio de
enriquecimiento personal.
Los revolucionarios no invitamos a la solución individual de los problemas, ni al terrorismo. Sino a
la lucha de clases, de masas, para encontrar una salida colectiva, nacional, patriótica a la crisis que
pesa sobre las espaldas del pueblo.
Nuestra posición es clara: quitar de las manos de las fuerzas interesadas en bloquear la lucha por la
paz, todos los pretextos que están explotando para presionar la restauración del Estado de Sitio y la
búsqueda de condiciones para un golpe militar".
Luego el 26 del mismo mes, la cadena radial Caracol, cuya sintonía es reconocidamente mayoritaria
a nivel nacional, estaba impulsando una jornada por la paz, con destiles, banderas en las casas,
concentraciones, actos culturales, etc., que en el fondo se pretendía utilizar como punta de lanza
para enjuiciar al movimiento guerrillero. Pero apareció el comunicado, Caracol lo leyó como
primicia el día anterior y además durante toda la jornada del 26. Quebramos la campaña
contraguerrillera, habíamos acertado, justo en el momento propicio y oportuno.
Y en ese comunicado, ratificamos nuestra opinión, nuestra posición y condenamos el secuestro. Y
llamamos en esa oportunidad a quienes se reclamen FARC, óigase bien, a quienes se reclamen
FARC, a que soltasen a las personas que tuviesen secuestradas, porque son muchos los bandidos
que delinquen a nombre nuestro. Esta posición, no era más sino la ratificación de un criterio
muchísimas veces reiterado y hecho público, adecuado a una situación específica.
Este comunicado y la situación del momento, lo interpretaron mejor que muchos de nosotros, dos
de los más importantes columnistas y editorialistas de El Tiempo: Enrique Santos Calderón y
Roberto Posada García-Peña (D'Artagnan), que por demás son importantes accionistas de ese
matutino, en sendos artículos escritos para los primeros días del mes de abril.
Para esa época, nos mandaron a decir desde las altas instancias gubernamentales, que empezáramos
a contar 15 días a partir de la liberación del primer secuestrado sin cobro de rescate, para la fecha de
una entrevista con delegados plenipotenciarios del Presidente Betancur.
El comunicado tuvo otros efectos. John Agudelo, ante la emisión del texto, expresó
significativamente que a la Comisión de Paz se le había aparecido la virgen. Haya incidido o no, en
el final del caso del señor Bishop, lo cierto es que fue importante que nuestra organización se
hubiese pronunciado de manera tajante al respecto. Los sectores que estaban presionando la
reimplantación del Estado de Sitio, se vieron replegados... por lo menos de momento.
Porque debemos ser claros al analizar la situación: no hay, no existe un criterio homogéneo en los
círculos gobernantes, al respecto de la paz y del tratamiento dado al movimiento armado.