Cese el fuego

los partidos Liberal y Conservador, en el Parlamento, en las instancias de los poderes económicos y
entre los militares, se acentúa la incredulidad de la voluntad de paz de ustedes.
"El asunto de los secuestros, de la no liberación de los rehenes, es un tema recurrente que gravita
pesada y negativamente contra ustedes y que, en todo caso, los coloca en situación política
desventajosa sobre todo en esto de la negociación. Con ese tema se presiona además al Presidente
de la República , para que no se embarque en conversaciones con ustedes.
Sería sabio de parte de ustedes que facilitaran la negociación. Facilitarla sería, en primer término,
que en caso de que tuvieran rehenes los soltaran sin el pago de rescate, y en segundo término,
abandonar algunas exigencias y acortar el plazo del inicio de la tregua. No exigir por ejemplo, que
el Presidente sea el primero en ordenar el cese al fuego, ni que los reconozcan a ustedes como
organización de autodefensa.
En cuanto a la reforma política y a los objetivos sociales y de transformación de las estructuras
económicas del país (esto último parece utópico) de manera muy sucinta puede ser objeto de
declaraciones de intención en el comunicado que se firme. Es bueno que ustedes mismos se
interroguen sobre el realismo de los objetivos que desean realice el Gobierno Conservador. Algunos
serían irrealizables para cualquier gobierno, por el sólo hecho del actual déficit fiscal. Y otros se
quedarían huérfanos del respaldo de masas que sería necesario para imponerlos. La correlación de
fuerzas no da para las grandes aspiraciones de ustedes. Da sí, para la paz negociada en términos
realistas y para que, con la paz, se inicie en forma el proceso de democratización del país, que abra
las posibilidades a una gran auge de la lucha de masas sin la cual no habrá los cambios de
estructuras que ustedes desean. Si esto no se obtiene, si se pierde esta oportunidad para el país,
tendremos que enfrentar una verdadera regresión histórica, de donde se infiere la responsabilidad de
ustedes y la del Gobierno".
Parecería que haber presentado con claridad, completa, una propuesta que sintetizara el conjunto de
nuestras aspiraciones, hubiera sido un paso atrás. ¡Pero no! sabíamos que así lo debíamos hacer, que
era el momento preciso y oportuno para que el Gobierno entendiera que nuestra concepción sobre la
paz, definitivamente es indisoluble, inseparable de los problemas fundamentales del pueblo.
Se quería desprender un tanto, la parte inicial de todo este conjunto que es la del cese al fuego, de
sus necesarios pasos complementarios como son los de la tregua y la paz, así como los de las
medidas concretas para una Apertura Democrática. Por ello, respondimos con una misiva (carta)
que decía así:
5 de agosto.
Leímos asombrados por no explicarnos en sentido de la decepción, cuando exponemos nuestra
posición en la fórmula de cese al fuego, tregua y paz. En nuestro entender es una fórmula completa
que para concretarse en la práctica necesita mecanismos como los que proponemos.
"Afortunadamente fue llevada al Señor Presidente, ahora liderando la lucha por la paz en
Centroamérica, con lo que el país estará necesariamente no sólo de acuerdo sino profundamente
satisfecho, si al mismo tiempo para el caso colombiano, aplica la misma filosofía para la paz.
"Lo que no sabemos es qué sentido tiene la idea de enfrentar contrapropuestas a la propuesta
nuestra concretada en una fórmula completa de paz. Sin duda, se trata de la confrontación de
opiniones y esto nos parece apenas normal y conducente. Sin embargo, pensamos que a la fórmula
nuestra le hizo falta una exposición de motivos que hubiera aclarado la idea de los mecanismos que
se proponen para el cese al fuego, el sentido y la práctica de la tregua para llegar, en determinado